Los acontecimientos pasados incrementaron el prestigio de Antonio en el pueblo. Se hablaba de lo que había pasado con el programa de festejos y las versiones eran cada vez más peregrinas y falsas. Algunos decían que se había insultado al alcalde y toda la corporación, otros aseguraban que habían sacado una foto de una “Hermana mu deshonesta” y los demás que eran todos unos comunistas, incluido D. Diego el cura. Resultó inútil rebatirlos y tuvieron que aceptar lo inevitable. Antonio se hizo con un ejemplar sin censurar que había salvado un municipal y pudo enseñarlo a los críticos más acérrimos, pero con todo y con esas no se apeaban del burro argumentando que faltaban páginas.
Por aquellas fechas se estrenó el programa de televisión “Un millón para el mejor” en el que el concursante proponía un tema y sobre el cual le hacían preguntas cada vez más difíciles. Antonio tenía que escuchar a diario a la gente animándole a que participara con algún tema relacionado con el futbol. “Rija, con lo listismo que tú eres, que eres más listo que Seneca, si te presentas ganas el millón. Bien seguro”. Y Antonio terminó por decidirse. Primero pensó en el tema, escogiendo los mundiales de futbol que se habían celebrado, y luego le informó a su amigo Cristian para que este le ayudara, sabedor de que este no se negaría. Así fue como empezaron a reunirse para recabar datos entre las publicaciones y periódicos de que disponía Antonio y que Cristian anotaba de forma clara y ordenada para que posteriormente los memorizara Antonio. Se reunían después de cenar en casa de Cristian y raro era el día en que se acostaban antes de las dos de la noche. Anotaban donde se había celebrado el mundial, que equipos, con los nombres de los jugadores, los entrenadores, resultados de los partidos, quienes habían marcado y si alguno era de penalti, incluso el nombre y nacionalidad de los árbitros. Aquello resultó una tarea titánica para los dos. Cristian haciendo fichas con letra mayúscula y clara para que le resultara más fácil a Antonio, y este, memorizando cada ficha de un día para otro en que se sometía a las preguntas de Cristian con notable éxito, aunque cada vez se acumulaba mayor número de datos a recordar. La relación empezaba en 1930 en Uruguay y terminaba en 1966 en Inglaterra. Los campeones habían sido: 1930 Uruguay, 1934 Italia, 1938 Italia, 1950 Uruguay, 1954 Alemania, 1958 Brasil, 1962 Brasil, y 1966 Inglaterra.
Cuando tras los meses de verano y antes de que Cristian regresara a Madrid, este mandó la carta a Televisión Española adjuntando la documentación exigida que incluía una foto que le hizo Cristian procurando que saliera bien peinado y con una camisa limpia, quedaron en que Antonio le avisaría cuando tuviera contestación para poder llevarle a los estudios de Televisión en Madrid. Pero pasaron los meses sin contestación alguna. Cristian escribió interesándose por el asunto y tuvo suerte de que le contestasen explicando que era enorme el número de aspirantes y no podían atenderles a todos. Antonio se lo tomó con deportividad y pasó página.
