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Emotivo homenaje al General Grau Vegara

Decía Azorín que las bandas de música eran las orquestas sinfónicas de los pueblos. El pasado martes día 23 tuve el privilegio de escuchar a verdaderas orquestas sinfónicas de viento en el homenaje al General de Brigada Músico D. Francisco Grau Vegara. Esta misma revista en la sección de cultura ha hecho un repaso pormenorizado de la noticia.

Cuando el día 19 anunciaba el acto que tendría lugar en el Teatro Monumental de Madrid, pocos medios de comunicación se habían hecho eco de este homenaje, ha sido a partir del día 24 cuando se ha divulgado. No fue así en nuestro pueblo, ya que a través de Membrilla.com y de Membrilla TV se han reconocido las cuatro visitas que nos hizo el General informando a la vez del acontecimiento que se avecinaba y al que tuve el honor de asistir invitado por la familia Grau-Ramírez y acompañado por la persona que unió a Membrilla con el General Grau, el ex Magistrado y también General de División D. Francisco Menchén Herreros. Nos acompañaron nuestras respectivas esposas.

A las siete en punto de la tarde S. M. la Reina Dª Sofía era recibida por autoridades civiles y militares en el vestíbulo del teatro, ocupando después su asiento junto a Dª Gloria Ramírez, viuda de Grau, y al Almirante General Jefe del Estado Mayor de la Defensa D. Teodoro López Calderón. Fue recibida con fuertes aplausos durante varios minutos. En la presentación del programa la Reina expresa claramente la admiración y respeto que siempre sintió hacia el General Grau debido a su conocida afición a la música y a los muchos años que éste permaneció al frente de la Unidad de Música de la Guardia Real, afirmando que es un honor representar a S. M. el Rey y ser parte activa de este homenaje.

Entre los invitados se encontraban autoridades de localidades como Alicante, Bigastro, Torrevieja o Albacete, representantes de los tres Ejércitos, Guardia Civil, Policía Nacional, Guardia Real, familiares y amigos.

A pesar de las mascarillas, pude reconocer y saludar al Comisario Sánchez y al General Lloret que visitaron nuestro pueblo con motivo del estreno de sus respectivas marchas, así como al ex director de la Banda de Música de Almagro D. Jesús Santacruz y al que fue concejal de cultura D. Manuel Sancho. El maestro Grau también tuvo una estrecha relación con Almagro y sus músicos.

El acto fue presentado y conducido por Alejandra Navas, conocida actriz y ahora Alférez del ejercito adscrita al gabinete de prensa.

Ocupó el escenario durante la primera parte la Unidad de Música Conjunta compuesta por miembros de las unidades de Infantería de Marina, Guardia Civil, Mando Aéreo e Inmemorial del Rey, cuyos directores y en este mismo orden fueron ocupando la tarima. Como no podía ser de otra manera, el repertorio estuvo compuesto de obras escritas por el homenajeado.

El Comandante D. Miguel Ángel Mateo Gijón abrió el concierto con el pasodoble Bigastro, pueblo natal del maestro Grau. Un pasodoble de concierto con un primer tema de sencilla melodía, un segundo adornado con fanfarria de trompetas y trombones y un trío final con contrapunto en su repetición expuesto a tenores y bombardinos muy común en estas composiciones. Como segunda obra Mosaico Compostelano, partitura dividida en tres partes y que escuchamos la primera, Alborada, un jubiloso comienzo con toques gallegos que deriva en un tema repetido en diferentes contrapuntos e instrumentos y en tonalidades distintas.

Tomó el relevo el Comandante D. Jaime Enguídanos Royo que comenzó con una marcha militar, Los Pínfanos, que no debemos confundir con el pífano como instrumento; el curioso nombre se debe a la costumbre de llamar así a los alumnos del colegio de huérfanos de la Guardia Civil. Fue compuesta en 1981 y la melodía va pasando de los flautines a la banda y el contrapunto nos recuerda al Himno de Infantería. Seguidamente el Cuervo Blanco, un ballet dividido en tres movimientos inspirado en la historia que Julián Abad cuenta en su libro sobre una terrible leucemia que acaba con la vida de Susi, una niña con apenas 16 años; escuchamos el tercer movimiento el Vals de la Esperanza. La obra está dedicada a una persona muy querida y admirada por el General, S. M. La Reina Dª Sofía.

 

 

El Tte. Coronel D. Ramón Benito Pérez dirigió como primera obra el pasodoble Mi Dama Manchega, que el General dedicara a Gloria, su mujer. No pude evitar que viniera a mi recuerdo el primer ensayo que hizo el autor con la Asociación Musical Maestro Emilio Cano en mayo de 2009 precisamente con este pasodoble: “media hora y avanzamos apenas diez compases”; tenía que sonar como él la escuchaba en su interior, y lo consiguió. Lo escuché emocionado, pero, los que hemos tocado ese pasodoble dirigidos por él, notamos que faltaba su sello personal. Como segunda obra interpretaron Capricho Mediterráneo, una obra de encargo para el certamen internacional de bandas de Valencia que fue obra obligada en 2002. Consta de un solo movimiento, pero con tres secciones diferenciadas por los pasajes rítmicos frente a los más líricos que van empastando con los distintos instrumentos.

Dirigidos por el Tte. Coronel D. Fernando Lizana Lozano interpretaron El viejo Almirante, una marcha de revista que el General Grau compuso para S.M. el Rey D. Juan Carlos; más tarde escribió otra con el título Al príncipe de Asturias para que éste lo hiciera con la suya propia. Convertido en Rey, S.M. D. Felipe VI continúa escuchándola cuando pasa revista a las tropas. En segundo lugar, Boceto Legionario, otra obra que el General dirigió en Membrilla durante su segunda visita en 2012 y que transmite muchas emociones y recuerdos porque va enlazando con hábiles variaciones distintas marchas y canciones muy conocidas dentro de la Legión. Antes de comenzar se incorporó bajo el escenario y de cara al público una pequeña banda de la Legión que acompañó a la unidad conjunta en esta obra.

Tras un pequeño descanso, tomó la palabra Fran, el hijo mayor del General para dar las gracias a S. M. La Reina, a las autoridades civiles y militares, familia y amigos, pero sobre todo a los músicos, verdaderos protagonistas de este homenaje, así como a la coral de Torrevieja que, formada para esta ocasión por componentes de varias corales, acompañarían a la Banda Sinfónica de la Guardia Real en esta segunda parte.

 

 

Bajo la dirección de su titular, el Tte. Coronel D. Armando Bernabéu Andreu, comenzaron con un guiño al primer destino del General Grau como director, Melilla, y con la obra Evocando unas tierras, el autor es capaz de unir con gran maestría un solo de trompa y oboe con un ritmo exótico que recuerda las nubas de los Regulares con su tierra natal dando lugar a una marcha mora tan escuchada en las fiestas alicantinas. Otro momento emocionante fue escuchar Noches alicantinas, otra obra que nos dirigió en Membrilla el maestro y que es un claro homenaje a Torrevieja en la que da mucho protagonismo a las trompas. Toma como hilo conductor una conocida habanera y hace con su capacidad compositiva una elaborada instrumentación consiguiendo que el típico ritmo de la habanera no resulte repetitivo.

Con un lenguaje más contemporáneo el maestro compone la siguiente obra, Quimeras, una partitura de gran envergadura y que fue reconocida con el III premio Maestro Serrano y en 1985 fue obra obligada en el certamen internacional de Valencia; consta de cuatro movimientos y escuchamos los dos últimos Ensueño e Inquietud, destacando el papel protagonista que otorga a la sección de percusión. También la obra está dedicada a Gloria, su mujer. A continuación, Madrileños, una canción-marcha inspirada en los acontecimientos vividos en mayo de 1808 y compuesta para bajo solista y banda; conjuga la exaltación de aquellos días frente a los franceses y comienza con un toque de Generala tras el que la voz solista anima al pueblo para defenderse. Fue estrenada en el Auditorio Nacional en mayo de 1996.

Se cerraba el programa con una compleja partitura, Estampa del 98, otra obra de gran envergadura ya que requiere de narrador, bajo solista, banda y coro. La música discurre por diferentes escenas recreando episodios históricos de España, Cuba o Filipinas recordando la marcha de Cádiz, la Canción del Soldado, la Conquista del Paraíso, Yo te diré, y culmina con un toque de Oración Militar y con una luz de esperanza a través de la canción del torrevejense Ricardo Lafuente Soy Español. Es difícil describir esos últimos compases en los que las voces del magnífico coro y la música eran capaces de emocionar a cualquiera.

Tomó la palabra a continuación el director de la B.S. de la Guardia Real para anunciar dos bises, el primero la marcha que el General Grau compuso a su hijo Fran, Por el honor de ser Español, y el otro, y como decía el maestro, “para ayudar a los músicos que están muy cansados, acompáñenlos a cantar el pasodoble Banderita”. El público en pie “obedeció” la orden y todos cantamos con algún nudo en la garganta.

Continuábamos de pie esperando el Himno Nacional para despedir a la Reina cuando los músicos dando la espalda al público y atentos a la pantalla aguardaban a que el propio General Grau les diera la entrada mediante una cuidada y milimétrica proyección que culminó con un grandioso retardando final haciéndolo coincidir con su batuta.

Fácil de sentir y difícil de explicar lo vivido aquella tarde-noche y quizá bajo sentimientos muy diferentes: el familiar, el militar, el amistoso, o de quien suscribe, que une el musical al de la admiración y el respeto.




 


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