Resultaría extraño estar en Galicia y no visitar Santiago de Compostela, más extraño no hacer una visita a su Catedral y abrazar al Santo, y muy raro sería no escuchar en su interior el Himno al Apóstol Santiago compuesto en 1920 por el Maestro de Capilla D. Manuel Soler Palmer y con letra del médico compostelano D. Juan Barcia Caballero.
Algo parecido pensaba Sor Paulina García y su prima Blasa García Filoso al principio de los 80. Estábamos en Membrilla, nuestro Patrón era Santiago, ya teníamos Hermandad fundada por unas personas muy jóvenes, teníamos músicos, ¿por qué no se interpretaba en Membrilla el himno a Santiago?
Blasa, como vivía aquí, se lo decía a los músicos más cercanos y seguro que también a algún miembro de la Hermandad. Paulina, que nos visitaba cada vez que le era posible, hacía lo mismo, pero no era tan fácil conseguir partituras como lo es hoy. Habían pasado 6 o 7 años cuando me dijo: ahora ya no hay excusa, aquí tienes una partitura para órgano, Blasa también se la dio a su vecino Diego Crespo, se hicieron copias y nos las repartimos entre 5 o 6.
La idea fue muy bien recibida por los jóvenes fundadores, incluso algunos conocían tanto la música como la letra. Esto hizo que se interpretase por primera vez en el coro de nuestra Parroquia durante la misa del 25 de Julio de 1988 o 1989. No se hizo ninguna instrumentación, cada músico se las arregló como pudo con la partitura de órgano haciendo el transporte necesario o escribiéndose la voz más apropiada, aunque la parte esencial la protagonizó el propio órgano que tocó Juan Carlos Sánchez Prieto.
Muy pocos músicos y muy pocos cantantes, que a pesar de no haber transcurrido más de 32 años no somos capaces de completar la terna. Con el riesgo de olvidar a alguien, en las voces estaban José María, Miguel Ángel y Carlos Martín de la Leona, Alfonso Sánchez Prieto, José Muñoz de Luna y Mateo Alumbreros, y músicos, Juan Carlos al órgano, Gustavo Ramírez Requinto, Diego Crespo Saxo Tenor, Jesús Manuel García Trompeta, mi primo Emilio Fliscorno y yo mismo con la tuba o el trombón, no recuerdo.
Poco a poco los responsables de la Hermandad se encargaron de difundir la letra y siguió cantándose todos los años participando cada vez más personas, unas veces acompañadas solo con órgano y otras con algunos instrumentos de viento, hasta que en las puertas del nuevo siglo XXI se hizo una instrumentación completa para banda de música a cargo de Gustavo Ramírez, que además cambió la tonalidad para mayor comodidad de las voces masculinas.
El objetivo de la Hermandad era que todos los asistentes a la misa en honor del Patrón cantasen su himno acompañados por la banda y para ello nada mejor que los propios Caballeros se lo aprendieran bien.
Debido a la falta de espacio para unir voces y música, hicimos una grabación con la banda de música en una cinta que usamos para ensayar algunas noches en el patio de San Mateo. A partir de entonces no ha faltado el himno del Apóstol en ninguna ocasión.
Gracias a todos los que estuvisteis aquel día en el coro por ayudarme a recordar, y como alguno de vosotros ha dicho, si alguien más participó, las fechas no son exactas o recuerda más datos, que no dude en aportarlos, pues así podremos completar el grupo que interpretó en Membrilla por primera vez el himno de nuestro patrón.
¡Gloria Santiago, patrón insigne!