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Febrero, un fatídico mes para los tres hijos varones del Maestro Emilio Cano

Febrero, del latín februarius, el mes en que los romanos celebraban la fiesta de la purificación, no depara buenos recuerdos a gran parte de los descendientes del Maestro Emilio Cano. Los tres hijos varones, músicos como su padre, fueron llamados a la gran orquesta celestial en el mes de febrero. Es como si las vacantes de esa orquesta fueran convocadas durante ese mes.

Andrés, el mayor, hijo de Carmen Antequera la primera esposa del Maestro, nació en 1913 y tocaba el clarinete sintiendo predilección por el de Mi bemol, más conocido como requinto. Pasó su juventud -como toda la familia- entre virutas y pentagramas y como muchos jóvenes españoles tuvo que ir a la guerra y después a la mili. Nada más contraer matrimonio con Ángeles Martín de la Leona se trasladó a Tomelloso donde residían algunos familiares de ella y también había más trabajo de carpintería que en Membrilla.

No tardó en ingresar en la banda donde fue muy bien recibido tanto por su calidad musical como humana. Trabajó durante 20 años como carpintero con el prestigioso D. Aquilino Ortiz y al poco tiempo fue requerido como encargado del almacén de droguería y pinturas que tenía nuestro paisano y farmacéutico D. Luis Menchén. En Andrés encontró a la persona de confianza para él y para toda su familia. Llegada su jubilación, lo hizo también como músico después de haber conocido a seis directores. Durante los más de 50 años que vivió en Tomelloso reforzó con frecuencia a la banda que dirigía su padre en Viso del Marqués y también la de nuestro pueblo siendo director su hermano Rafael. Como músico no coincidí con mi tío en muchas ocasiones; lo hice en un par de conciertos y en algunas procesiones o pasacalles en Desposorios, pero sí pude comprobar que era un virtuoso con el requinto. Falleció el 24 de febrero de 1991 a los 78 años.

Basilio nació en 1922, hijo de Dolores López-Peláez, la segunda esposa del Maestro, y lo mismo que su hermano fue discípulo de su padre tanto en el conocimiento de la madera como en el musical. Estudió y tocó la trompeta, sin embargo, lo recuerdo siempre tocando el fliscorno, ese instrumento que a pesar de pertenecer a la misma familia que la trompeta necesita de una técnica especial para conseguir un sonido más oscuro, redondo y menos agresivo.

Basilio conseguía además sacarle un timbre aterciopelado fielmente imitado años después por su hijo Emilio. Este sonido tan especial era reconocido tanto en nuestra banda como en la de Manzanares, donde fue plantilla durante muchos años junto a su hermano Rafael, así lo manifestaron en varias ocasiones tanto el Maestro Maroto como D. Joaquín Villatoro. Acabado el servicio militar trabajó un tiempo como carpintero en Madrid regresando pronto a Membrilla reclamado por su padre que posiblemente lo necesitaba más como músico que en el taller familiar. Contrajo matrimonio con Sebastiana García- Filoso fijando su residencia definitivamente en nuestro pueblo.

Igual que sus hermanos, además de tocar en la banda también lo hizo en su juventud en las orquestinas que se formaban durante las fiestas de carnaval o Desposorios, entre ellas la Orquesta Lira y en otra que formaban músicos de Membrilla y Manzanares. Basilio también reforzó en varias ocasiones la banda de Viso del Marqués mientras su padre fue allí director. Tuve el privilegio de tocar junto a él y escucharlo durante los múltiples ensayos y actuaciones efectuadas entre 1966 y 1975. Falleció el 2 de febrero de 2002 a los 80 años.

El más pequeño de los hijos varones del Maestro Emilio era mi padre, Rafael, nacido en 1926. Tanto sus hermanos como hermanas y siguiendo la tradición de los pueblos portaban el nombre de abuelos, tíos o padres, pero nadie sabe el motivo por el que mi abuelo lo llamó así; todo hace pensar, y conociendo el carácter del Maestro, que le pusiera Rafael en memoria del hijo fallecido de Battistini. Sea como fuere, el pequeño siguió el mismo camino de sus hermanos, carpintero y músico. Comenzó tocando la trompeta cambiando después al saxofón que es con el instrumento que yo lo recuerdo. Junto a Basilio tocó en Manzanares y Membrilla tanto en las bandas como en las orquestas.

A mediados de los 50 se creó la orquesta Alegría Musical de la que no formó parte, pero en fechas señaladas como Desposorios sí la reforzaba en las verbenas. Contrajo matrimonio con Juana Jiménez Chacón a la que compuso el pasodoble Gracia Soberana. En 1966 fue nombrado director de la banda de música y escuela de educandos, siendo el impulsor para la incorporación de la mujer. Inicialmente preparó a cuatro o cinco chicas de las cuales debutaron tres en la Semana Santa de 1975, apenas dos meses después de su prematuro fallecimiento ocurrido el 16 de febrero de 1975 a los 48 años.

Según la clasificación de los hermanos, Basilio y Rafael eran consanguíneos o hermanos de padre respecto a Andrés, algo que jamás tuvo la menor connotación en la familia ya que éste solo tenía tres meses cuando el Maestro Emilio -viudo de Carmen- se casó con Dolores, y tanto ésta como los dos hijos y las tres hijas del nuevo matrimonio vieron en Andrés a su hijo y a su hermano mayor.

El mes de febrero de este 2021 ha querido ser más compasivo con la familia trayendo al mundo dos nuevos Canos, uno biznieto de Basilio y otro de Rafael.

Recordando otras efemérides musicales, también el 13 de febrero de 1883 moría Richard Wagner; el 23 de 1685 nacía Haendel; el 29 de 1792 Rossini; el 25 de 1873 lo hacía Enrico Caruso; el 8 de 1932 John Williams, el 11 de 1943 el cantante Joselito; el 12 de 1946 Joaquín Sabina y el 17 de 1894 se estrenaba en el teatro Apolo de Madrid la Verbena de la Paloma.

 

 


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