El madrileño Francisco Asenjo Barbieri -1823-1894- es conocido por ser autor de numerosas zarzuelas como El barberillo de Lavapiés, Pan y toros o Los diamantes de la corona, pero también lo fue de una ópera. En 1847, a los 24 años, terminó la composición de Il Buontempone, una ópera con título y textos en italiano cuyo libreto fue escrito por Calisto Bassi -1800-1860-. Los ensayos y preparativos para su estreno fueron suspendidos por la crisis derivada de la Segunda Guerra Carlista; la compañía encargada de su estreno quebró y todos los actos quedaron cancelados.
Pasado algún tiempo uno de los profesores de Barbieri le propuso estrenarla en el Conservatorio de Madrid con motivo del cumpleaños de María Cristina de Borbón. Este accedió a representar algunos fragmentos y comenzaron los ensayos. Barbieri no estaba de acuerdo con los tempos y el carácter que el director de orquesta le aportaba a su obra por lo que propuso dirigirla él mismo; el director se negó a cederle la batuta y Barbieri recogió las partituras y las guardó. A partir de entonces se dedicó a componer zarzuelas.
Desde el siglo XIX se conocía la existencia de esta ópera, pero han tenido que pasar 174 años desde su creación para que el estudiante de canto y director de coro Víctor Trueba recuperara de la Biblioteca Nacional los manuscritos originales y tuviera la idea de adaptarlos y reescribirlos como trabajo de fin de estudios (TFE), culminando con la representación de la obra. Será una labor colaborativa y multidisciplinar ya que servirá como trabajo final a varios estudiantes de música que han querido sumarse y trabajar sobre la misma idea.
La mayoría son alumnos de la Escuela Superior de Canto o del Conservatorio Superior de Música de Madrid, también colaboran en el proyecto la Camerata Villa de Madrid (CVM), la Escuela de Caracterización y Posticería del grupo HARPO y la Escuela de Arte La Palma. El equipo artístico, técnico y los solistas son estudiantes de la ESCM. La orquesta forma parte de la Asociación Cultural Orbis.
El estreno absoluto tendrá lugar los días 19 y 21 de junio en el teatro de la propia Escuela Superior de Canto. La transcripción orquestal y de piano ha estado a cargo de Víctor Trueba y Eva Pavón respectivamente. El equipo artístico es el siguiente: Director musical Alejandro Escañuela; Maestras correpetidoras Eva Pavón e Irene de la Vega Vicente; Directora de escena Mar Álvarez; Ayudante de dirección de escena Mercedes Úbeda; Escenógrafa Andrea Martínez Coreógrafa Alejandra Rodríguez; Diseño de iluminación Alejandro Pérez; Reparto: Carlambrogio: Rajiv Cerezo (barítono); Vittorino: Víctor Trueba (tenor); Ghiringhello: Marcelo Solís (barítono); Michelina: Paloma Alvelo (soprano); Scolastica: Carla Sampedro (soprano); Don Satiro: Walter Bartaburu (bajo); Orquesta Asociación Cultural Orbis; Coro Camerata Villa de Madrid.
Sobre el escenario y como integrante del coro estará nuestra paisana Irene Román Menchén, alumna de la Escuela Superior de Canto y componente del grupo VokalArs.
Irene es nieta, hija, hermana, sobrina y prima de músicos. Comenzó sus primeros pasos en la Escuela Municipal de Música de Membrilla con apenas cinco años estudiando solfeo, guitarra, percusión y violín con Miriam Escamilla, Juan Carlos Sánchez-Prieto, Reyes Baeza, Emilio Cano y María del Mar Patón respectivamente. Sus estudios profesionales de guitarra los inicia en el conservatorio Marcos Redondo de Ciudad Real acabándolos en el Centro de Estudios Integrados Moreno Torroba de Madrid a la vez que los compagina con los de canto. En la actualidad cursa estudios superiores en la Escuela Superior de Canto de Madrid. Ha formado parte del coro de voces blancas Mansil Nahar y de la compañía teatral Lazarillo de Manzanares, participando en numerosos encuentros. Ha realizado varios cursos de perfeccionamiento tanto de guitarra como de canto. Siempre colaboradora con los grupos locales que la han solicitado como la asociación musical Maestro Emilio Cano, la Escuela de Música, Grupo Cultural Los Faranduleros o como improvisada locutora de Membrilla TV. Irene es teatrera, cantarina y como le dice su tío, un poco brujilla.
Solo nos queda desear mucha suerte a todos y que disfruten con el estreno mientras encuentro un calificativo que defina esta genial iniciativa que sin duda contribuirá a recuperar nuestro patrimonio cultural a través de un acontecimiento histórico que dice mucho en favor de este grupo de jóvenes músicos.
Fuentes consultadas: Revista de ópera internacional, Archivo personal.