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Subida
La subida a la ermita tenía lugar el domingo por la tarde tras producirse el ofrecimiento de los vecinos y devotos de la Virgen y San José. Actualmente se realiza tras de la Función Solemne del oficio matinal del Lunes.
A las diez de mañana, después de que la banda de música, la cofradía y las autoridades hayan acompañado a los cumplidores desde su casa a la iglesia parroquial, tienen lugar los últimos Oficios Religiosos de los Desposorios. La función es oficiada, en la mayoría de las ocasiones, por uno de los sacerdotes hijos de Membrilla. El pueblo religiosamente se despide de su patrona. San José y la Virgen salen de la parroquia de Santiago “El Mayor” para irse a su casa y lo hacen acompañados de un numeroso sequito y cortejo.
Cuando la comitiva llega a la glorieta el entusiasmo se desborda, mientras los desposados son bajados de sus respectivas carrozas y colocados en unas andas. La Virgen primero y San José después suben lentamente la rampa por la que se accede a su ermita, llevados en andas entre los vítores y aplausos mirando siempre a su amantísimo pueblo de Membrilla, que ahora ven como se van marchando hasta otro año entre la multitud de gente allí convocada. En brazos de sus hijos cruza la puerta por la que se accede al templo. La música sigue con su armónico canto despidiendo a los esposos, el repique de campanas es continuo, las aclamaciones a María no cesan, todo es un único clamor, una plegaria de amor.
Una vez dentro del santuario, silencio, el canto de la salve a María se va metiendo en todos los corazones, y en la ermita, en la terraza y en la glorieta, Membrilla es una sola voz, una oración doblemente sentida que culmina esta devota despedida.