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Francisco Grau y A. M. Maestro Emilio Cano: De la Música y los Músicos

Pocas veces se tiene la oportunidad de asistir en directo a la escritura de un completo tratado sobre la música y los músicos utilizando como soporte vivo el sencillo espacio escénico de nuestra Casa de Cultura y como herramienta de trabajo, supliendo de modo preciso y casi mágico la labor de la pluma, el tremendo potencial humano que aporta nuestra Asociación Musical Maestro Emilio Cano, esta vez dirigida excepcionalmente por la genialidad de uno de los mejores directores y compositores de nuestro país: El General Francisco Grau. Como vínculo de unión, un elemento singular de nuestra población: el alabardero, encarnado en la figura de nuestro paisano Francisco Menchén.

El Teniente y miembro de la asociación musical Jose Vicente Villalta fue el encargado de presentar el acto explicando al público los antecedentes sobre los que se fue gestando la realización de este concierto. De aquel casi lejano concierto de Marchas Militares que ofreció la Asociación surgió un vínculo musical con Francisco Grau, entonces Coronel y Director de la Unidad de Música de la Guardia Real, a través de su amistad con nuestro paisano Francisco Menchén. Emilio Cano, entonces presidente de la Asociación, recibió no sólo partituras militares de Grau sino también asesoramiento para la realización del concierto.

Emilio Cano dirige a la AM Maestro Emilio CanoSerá de nuevo Francisco Menchén el que una los destinos de la Asociación de Membrilla y de Grau con motivo de una visita al Palacio Real antes de que el Director dejase su cargo en la banda real por su reciente ascenso a General. En aquella visita, Grau no sólo interpretó con la Unidad de Música de la Guardia Real el pasodoble Desposorios de la Virgen del Maestro Emilio Cano, cediendo la batuta a su nieto Emilio, sino que también reveló a los músicos de Membrilla su intención de regalar a Francisco Menchén una marcha militar. Una revelación de la que surgió el firme compromiso de estrenar dicha marcha, El Alabardero Menchén, en nuestra localidad.

La primera parte del concierto estuvo dirigida por Emilio Cano, verdadero gestor del acontecimiento musical de anoche. Bajo la batuta de Emilio, la Asociación Musical interpretó temas conocidos como Un Día en Viena, de Suppé, y piezas de nueva incorporación en su repertorio como Santander, de Rosillo, y Rikudín, una espectacular muestra del folklore israelí obra de Van der Roost.

Félix Arias, presidente de la Asociación Musical, hizo entrega de una placa conmemorativa a Emilio Cano por su implicación personal y su gran trabajo tanto dentro de la propia asociación como en la gestación del concierto especial que se celebraba anoche.

Grau, el general que acaricia el pasodoble

Francisco Grau dirige a la AM Maestro Emilio CanoLa segunda parte fue presentada por el homenajeado Francisco Menchén que realizó una semblanza de la vida y la obra del General Francisco Grau, muy marcada por la entrañable amistad que les une. Francisco Grau tomó la batuta para dirigir a los músicos en una espectacular selección de obras propias entre las que se encontraban los pasodobles Mi dama manchega, compuesta a su mujer, y Doña Lola, cuya interpretación dedicó a Trini, esposa de Francisco Menchén, y a todas las damas que se encontraban en la sala. Nunca un pasodoble había sonado con tanta elegancia en las notas de la A.M. Maestro Emilio Cano ni un director había conseguido tal galanura acariciando silencios. El repertorio se completó con obras tan conocidas del autor como Estampas de Iberia o una antología de zarzuelas en las que el propio general ha realizado arreglos y adaptaciones para banda.

El concierto se cerró con el estreno absoluto de la marcha El Alabardero Menchén, dedicada al general Francisco Menchén, una excepcional muestra de la labor creadora de Grau en el campo de la música militar.

Francisco Grau dirige la AM Maestro Emilio CanoGrau dedicó grandes palabras de elogio al saber hacer y la calidad de los músicos componentes de la Asociación Musical, a los que dirigió con notables muestras de cariño y complicidad. Como todos los verdaderamente grandes, Grau quiso que el aplauso del público fuera para ellos y no sólo se retiró del escenario dejándoles todo el protagonismo sino que demostró su profesionalidad en un bis de El Alabardero Menchén interpretado sin necesidad de dirección.

Francisco Grau agradeció al público asistente su calor y la posibilidad de haber conocido este pueblo. Recibió de la Asociación una placa conmemorativa y de manos de Francisco Menchén una alabarda en correspondencia a su generosidad personal y musical.

 

Alabardero Menchén de Francisco Grau
dirigida por Francisco Grau.
(Vídeo facilitado por la A.M. Maestro Emilio Cano)

 


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