Numerosos vecinos y vecinas de Membrilla se congregaron en la iglesia de Santiago el Mayor para seguir la segunda cita de la Formación Parroquial, esta vez a cargo de Álvaro Román, bajo el título “Jesús histórico y Jesús de la Fe”.
El párroco, Pablo Martín del Burgo, fue el encargado de presentar la jornada. Román inició su ponencia hablando de las fuentes históricas y evangélicas que nos han trasmitido la presencia de Jesús; las primeras, basadas en los escritos extrabíblicos de autores como Flavio Josefo, Plinio el Joven, Tácito o Suetonio, que ubican en un tiempo y en un lugar la figura de un Jesús profeta, que fue al mismo tiempo un revolucionario social y un reformista religioso. Textos que hablaban de una predicación, del crecimiento de sus seguidores, de cómo fue vendido a los romanos y ajusticiado y de la persecución posterior de los cristianos. Del mismo modo, realizó un recorrido por la historicidad de los Evangelios.
Continuó la formación disertando sobre el concepto de Jesús histórico contra el Cristo de la fe, incluyendo una crítica a la teología sobre el Jesús histórico y las tentaciones de humanizar a Jesús enmarcadas en movimientos como el arrianismo, el adopcionismo o la gnosis cristiana.
Álvaro invitó a vivir la fe desde el Jesús histórico, promoviendo el encuentro personal con Cristo. No olvidó pasar por las debilidades de los estudios del Jesús histórico, sobre todo considerando la falta de fuentes directas y la dificultad de separar la historia y la teología, en un personaje que se movió en un contexto social complejo, en una Judea dominada por Roma que esperaba un Mesías.
Sin embargo, subrayó la importancia de la Resurrección como punto de inflexión para que Jesús fuese algo más que un profeta y el concepto de fe entrase en escena, entendiendo el propósito divino de su muerte. Para el ponente, la Resurrección valida su identidad y su misión, reafirmando su divinidad.