El General Francisco Grau Vegara fue el pregonero de la Navidad 2015 de Membrilla en el tradicional acto organizado en estas fechas por el Grupo Cultural El Galán de la Membrilla. Como no podía ser de otro modo dada la trayectoria del invitado, el pregón tuvo un contenido musical protagonizado por la Escuela Municipal de Música y ensamblado a través de las propias composiciones del general. Francisco Grau fue presentado por el pregonero de la Navidad 2014, el también general y amigo Francisco Menchén. Ambos estuvieron acompañados por un tercer general en la sala: Luis Lloret, que ya fue protagonista junto a los anteriores de otra gran velada musical en la Casa de Cultura en enero del 2012.
Grau inició su intervención con una amplia y curiosa exposición sobre el origen de la música más emblemática de la Navidad, el villancico, que reveló datos y conexiones sociales, musicales, históricas, religiosas… desconocidos para el público. Pero el centro de su intervención subrayó la gran importancia de la música, del villancico, en Navidad siempre establecido como representación de unión y festejo en el seno de las familias y de los grupos de amigos, tanto en las celebraciones de Nochebuena o Año Nuevo como en los tradicionales aguinaldos, hoy prácticamente desaparecidos. De esta reflexión nació una sentencia final a modo de conclusión: “La Navidad sin unión y sin amistad, sin un corazón grande, no es Navidad.”
A raíz de esta reflexión sobre la unión y la música, el general Grau lanzó una propuesta al pueblo de Membrilla: la celebración institucionalizada y consolidada de un concierto de Navidad conjunto entre las dos bandas de música, Banda de Música Virgen del Espino y Asociación Musical Maestro Emilio Cano, que se celebraría todas las Navidades, cada año bajo la dirección de uno de los directores de las dos bandas. El propio Grau se ofreció para dirigir el primer concierto.
Y, como propuesta añadida, que el repertorio de ese concierto fuese exclusivamente de música española. Sin desmerecer el valor de los valses y polkas centroeuropeos típicos de los conciertos de Navidad también en España, Grau puso en valor la extraordinaria calidad de las composiciones nacionales, dirigiendo como muestra el pasodoble Cádiz, de Chueca, una pieza musical que bien puede sustituir a la tan manida Marcha Radetzky en los finales de concierto.
Durante el concierto, bajo la batuta de Emilio Cano, director de la Escuela de Música, y el propio general Grau, se interpretaron piezas como Rapsodia Navideña, Noche de Paz, Tríptico de Navidad, Retablo Navideño con la colaboración de las voces de miembros del coro Mansil Nahar, entre ellos su director Francisco Román Menchén, y del curso de canto de la Escuela Municipal, además del público, invitado por el propio pregonero. La joven y pequeña banda estuvo formada por alumnos de la Escuela de Música, reforzados por sus profesores y algunos miembros de las dos bandas de Membrilla. El propio Francisco Grau destacó la calidad de la agrupación formada y el valor del concepto: una unión de cantantes y músicos de diferentes agrupaciones musicales de la localidad, dirigidos durante los dos últimos meses por Emilio Cano, consciente y agradecido por el gran esfuerzo personal que habían realizado todos, por lo complicado de las fechas, para construir esta velada musical.
Sobre una reflexión final sobre el valor de los símbolos y de la unidad nacional, Francisco Grau, autor de la versión oficial del Himno de España, cuyos derechos ha regalado al Estado, invitó al público a “cantar” con el sentimiento lo que denominó como el mejor villancico, entendido como símbolo de unión, arropados por las notas del conjunto instrumental de la Escuela de Música y con todo el público puesto en pie.