La Asociación Musical Maestro Emilio Cano celebró las fiestas con su tradicional concierto especial de Navidad en el que volvió a combinar un repertorio muy variado: la elegante factura de las nuevas composiciones bandísticas, la diversión bien ejecutada y en su justa medida, los ritmos americanos más sabrosos y, como no, la pincelada navideña en forma de valses, polkas y villancicos.
Un interesante viaje que no dejó indiferente al público, trasladado de una parte a otra del Atlántico en cuestión de minutos a través de ocho composiciones musicales de las cuales la mitad eran de nueva interpretación por la asociación musical.
La velada y los estrenos se iniciaron en el Levante español al ritmo del pasodoble valenciano Don Víctor, de Ferrer Ferrán. El ambiente fallero dejó pronto paso al sentimiento folclórico de la Ribera Baja y de la Cullera natal de Rafael Taléns, descubiertas en las notas de Cançons de mare a través de sus tres movimientos nacidos de canciones populares de La Ribera: la tierna nana Mareta, Mare "Vicentita" es casa y Baix del Pont de Cullera.
Los músicos de la Asociación desataron pronto su alma de son cubano con el Danzón nº 2 del mexicano Arturo Márquez, contagiando al público de los ritmos hispanos en un gran cierre de la primera parte.
Durante el intermedio, se dio forma a una novedosa iniciativa: los músicos invitaron a dos personas del público, elegidas por sorteo, a vivir el resto del concierto desde dentro, para compartir los avatares, movimientos y sensaciones de los intérpretes en la ejecución de las piezas.
La segunda parte se vistió del ambiente más navideño, como viene siendo habitual en estos conciertos, arrancando con un conocidísimo vals de Strauss, Voces de primavera, en un retorno a la Navidad vienesa más tradicional. Pero los músicos, en un nuevo giro, rompieron de nuevo la tradición estrenando Santana, a Portrait, una recopilación de Giancarlo Gazzani que incluye algunas de las piezas más famosas del repertorio del excepcional guitarrista mexicano-americano: Flor d'Luna, Oye como va, Europa y Smooth.
Fue un divertido lujo quedarse en Estados Unidos para disfrutar del Typewriter de Leroy Anderson que sirvió a la Asociación para que el percusionista Pedro Alfonso Cano les pasara a máquina la carta a los Reyes Magos.
La diversión siguió con el estreno del Galope del Champagne, del danés Lumbye, coreado por unos músicos que se encontraban "no en muy buenas condiciones", pero que sin embargo supieron encontrar algo de lucidez entre el “alcohol” para completar la velada con un rítmico recopilatorio de Villancicos Salsa, en una adaptación del propio director del concierto: Gustavo Ramírez, y la Marcha Radetzky, fuera de programa. Como cierre final, obligado por los aplausos del público, el bis del Champagner Gallop.