La lluvia protagonizó el cierre de la fiesta de San Antón en Membrilla impidiendo la salida de la procesión del domingo, popular broche de las actividades programadas desde la Hermandad de San Antón de nuestra localidad.
Tras la celebración del triduo religioso en la parroquia, los miembros de la Junta Directiva de la Hermandad convocaron a los hermanos y vecinos a su tradicional hoguera de San Antón del sábado por la noche, encendida desde hace unos años frente a la Caseta Municipal.
El encendido de la hoguera de San Antón se ha convertido ya en una lucha constante y firme para no perder una de las tradiciones más antiguas de la población; una lucha en la que lamentablemente sólo participan los miembros de la Junta y un escaso centenar de vecinos que año tras año permanecen fieles a su visita a la hoguera, entre ellos el dicharachero grupo de monaguillos de la parroquia tras su reunión semanal de los sábados. Y como siempre, la generosa invitación que los miembros de la Junta hacen a los vecinos, al calor del fuego.
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Tras el desayuno a base de migas para los hermanos en casa del presidente, José Arroyo, el domingo tuvo lugar la misa y procesión de San Antón. Una vez más, el templo parroquial completamente lleno acogió la reflexión sobre la figura del Santo en las palabras del párroco Raúl López de Toro, que recordó la gran devoción que se tiene a San Antón en todos los pueblos, al ser uno de los santos más populares y antiguos. El párroco recordó también con unas pinceladas sobre su biografía la necesidad de valorar la figura del santo, padre del monacato que inauguró un estilo nuevo de fe, y no limitarse sólo a las costumbres populares. "Es una pena que, sobre todo entre los más jóvenes, San Antón se quede sólo en el patrón de los animales, en el del guarrillo, en la bendición de los animales, en la procesión... Su mensaje y su vida nos tiene que ayudar en la actualidad, en nuestra vida cristiana." El párroco completó su homilía con una reflexión sobre la figura del Cordero Pascual y con un recuerdo a la conmemoración del Centenario de la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado instaurada por Benedicto XVI y la celebración estos días del Octavario por la Unidad de los Cristianos, con la petición expresa de la oración porque algún día sea posible la comunión conjunta de las diferentes congregaciones cristianas.
La incesante lluvia que en esos momentos caía sobre Membrilla impidió la celebración de la tradicional procesión de la imagen de San Antón precedida por los animales y caballerías. En compensación, el acto concluyó con una pequeña procesión con la imagen del santo en el interior del templo parroquial y con la bendición por parte del párroco de los pocos animales que todavía quedaban en los exteriores del templo bajo la lluvia. El acompañamiento musical corrió a cargo de la Asociación Musical Maestro Emilio Cano, que a los pies del altar mayor interpretó Aires de Triana y Concha. Siguiendo con la antigua tradición, la hermandad repartió entre los vecinos la cebada bendecida para llevar a los animales domésticos y conseguir así para ellos la protección del Santo.
Tras la ceremonia religiosa, los hermanos de San Antón disfrutaron de su particular agasajo en el Pabellón del Espino, donde se procedió al sorteo de la figurilla de San Antón y de los dos mantecados gigantes entre los hermanos, además del sorteo de varios cerdos y corderos entre los vecinos.
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