El membrillato Cristino Navas Jiménez entró el pasado 5 de Octubre en el Olimpo de los Ironman Finisher. Este amante del triatlón se desplazó hasta Huelva persiguiendo uno de los mayores desafíos a los que un deportista puede enfrentarse: superar la mítica distancia del triatlón de larga distancia, el Ironman.
La prueba consistía en nadar 3800 metros en el Océano Atlántico frente a las playas de La Antilla onubense, subirse a la bicicleta y pedalear 180 kms en un bonito pero exigente circuito en el que se tenían que subir casi 2000 metros de desnivel acumulado entre Huelva y el sur de Portugal, para después ponerse las zapatillas y correr como postre una dura maratón (42.2 kms). En esta maratón que comenzaba en Portugal, concretamente en Villa Real de Santo Antonio, se volvía al suelo español a través del puente fronterizo sobre el Guadiana, después se subía al parador de Ayamonte y tras transitar por los bonitos parajes de la vía verde y superar varios kilómetros por la arena de la playa, se llegaba al paseo marítimo de la Antilla donde esperaba la alfombra roja y el arco de meta para recibir a los FINISHER de este IRONMAN. Muestra de la dureza de la prueba es que de los casi 800 triatletas inscritos en la prueba, sólo 544 consiguieron llegar a meta.
El pequeño de los Navas se presentaba en la línea de salida con la incertidumbre de debutar en esta distancia pero con la seguridad que le daban sus buenos entrenos de este verano en tierras alicantinas.
A las 8:15 de la mañana y coincidiendo con el despertar de los primeros rayos de sol, se dio el pistoletazo de salida desde la arena de la playa. Los casi 800 triatletas deberían de dar dos vueltas a un circuito balizado con boyas para completar los 3800 metros de este primer segmento. Cristino nadó cómodo y tal como tenía planificado clavó cada una de las vueltas en 39´para salir del agua después de 1h18´. Después de una larga transición en la que tuvo que deshacerse de su neopreno y equiparse para el segmento ciclista, se subía en la bicicleta para recorrer los 180kms sin drafting (no se podía ir a rueda) en un duro circuito en el que se tenían que subir rampas de hasta el 15% de desnivel. Desde un principio y tal como lo había planificado, Cristino intentó no abusar de desarrollo manteniendo la concentración en alimentarse bien durante este segmento, para de esta forma intentar bajarse a correr en las mejores condiciones.
Tras casi 6 horas y media de esfuerzo sobre la bicicleta transitando por bellos pueblos y parajes junto al Guadiana en las que adelantó bastantes posiciones, Cristino se bajaba a correr con la sensación de estar haciendo las cosas bien. Uno de los momentos claves de cualquier triatlón es el momento de bajarse a correr después de tanto tiempo encima de la bicicleta, pero nuestro vecino había preparado bien este aspecto, sus piernas le mandaban mensajes positivos y fue capaz de completar los 10 primeros kilómetros en 54´. A partir de ahí e intentando frenar la euforia con la que iba, bajó un poquito el ritmo y fue pasando atletas, a veces solamente manteniendo a ritmos muy bajos la gesto-forma de la carrera. Cristino conseguiría completar la maratón en algo más de 4h y media, encarando la recta de meta bastante emocionado, por las grandes sensaciones vividas y acordándose de la gente que le ha ayudado y acompañado desde hace tanto tiempo en su camino hasta esta meta.
Con un tiempo total de 12h 39´ 40´´ Cristino Navas Jiménez sería el 270º en cruzar la meta de entre los casi 800 que tomaran la salida y los tan sólo 544 que consiguieron convertirse en FINISHER de este I Iberman "La Luz", primer triatlón del mundo de estas características que une dos países.
Cristino disfrutó durante todo el fin de semana de la compañía de su mujer Vicen y de un superclase, el almagreño Jesús Calle, compañero de club en el Alucinatura Triatlon Manzanares y que consiguió la 9ª plaza de la general y subió al pódium como 3º de su categoría (GE 24-29).
Ahora a descansar y a buscar nuevos retos para seguir escuchando al cuerpo disfrutando de este gran deporte.