Membrilla arranca siempre diciembre con la resaca de la festividad de Santa Cecilia, que suele llenar la última quincena del mes anterior de numerosos homenajes a la patrona de los músicos. Una celebración que este año se ha visto salpicada por los atentados yihadistas de París, cometidos una semana antes en nombre de una religión que curiosamente prohíbe la música a sus jóvenes entre otros motivos porque, como apuntaba un imán en Alemania, los vuelve estúpidos.
En Membrilla la música es algo más que una partitura: Su lectura sobrepasa el simple papel. Es lo que se lee en los ojos de todos los músicos de Membrilla no sólo cuando nos regalan sobre un escenario el trabajo de horas y horas de ensayos, sino también cuando ríen juntos compartiendo ese tiempo mágico sin instrumento, sabedores de que la música, aún en modo silencio, forma parte de sus vidas.
Son muchas las formaciones musicales de Membrilla: dos extraordinarias bandas de música “mayores” y una juvenil; grupos de tunos, de flamencos y varias rondallas nacidas de la tradición popular más exquisita, cuna de nuestra famosa seguidilla. Grupos jóvenes que exploran las nuevas tendencias; grandes guitarristas; incluso tres bandas de cornetas y tambores que ponen el acompañamiento musical a nuestra Semana Santa. Alguno más, quizá…
Aún reconociendo siempre el valor de la trasmisión popular y la destreza del aprendizaje más autodidacta, es justo rendir homenaje a una de las instituciones que más está trabajando por el desarrollo musical en nuestra población: la Escuela Municipal de Música.
Levantada sobre los cimientos de una formación musical pionera llevada a cabo por unos primeros músicos en condiciones difíciles por la escasez de medios, la Escuela Municipal de Música estrenaba nuevas instalaciones el 10 de diciembre del año 2006. Siempre tuvimos el convencimiento desde la Concejalía de Educación y Cultura de que se trataba de un emplazamiento provisional en espera de poder contar con más recursos y mejores espacios donde ampliar estas enseñanzas, en lo que hoy siguen trabajando y sobre lo que se esperan buenas noticias. Pero ahí nació. Y fue un buen inicio. Desde aquel año, el número de alumnos y especialidades instrumentales impartidas creció como la espuma, sirviendo de cantera formativa a cientos de músicos que hoy integran las diferentes agrupaciones musicales de la localidad. Incluso formándoles en un primer acercamiento al Conjunto Instrumental dirigidos por el Director del centro, el músico Emilio Cano.
Lo especial del aniversario que celebramos es que en esa inauguración de las instalaciones estuvimos acompañados por Fernando Argenta, que ejerció como padrino de nuestra Escuela Municipal de Música; una extraordinaria personalidad que desapareció también en diciembre, hace ahora dos años.
Fernando Argenta defendió siempre la educación musical para los niños y jóvenes. Lo hizo en su vida y con su obra, de la que nos regaló unos pequeños “Conciertazos” tanto el día de la inauguración de la Escuela de Música como años más tarde en el Pabellón del Espino acompañado por la Asociación Musical Maestro Emilio Cano.
Siguiendo su legado y su mensaje, celebramos hoy el noveno cumpleaños de nuestra Escuela de Música, donde nuestros niños y jóvenes, también los mayores, no se hacen más estúpidos por escuchar y aprender música, sino mejores personas. Eso es lo que nos diferencia.
Fdez. Megías.