Que Mansil Nahar nos había preparado algo grande ya se apreciaba desde la distancia, desde la misma alfombra roja con la que nos invitaban a adentrarnos en una sala de fiestas más propia de los años 40: la Mansil Big Band, rezaba el letrero.
Y efectivamente, bastaba con cruzar el umbral del Gran Teatro de Manzanares para adentrarnos en el espectacular mundo de los clubes de época, los que reconocemos tras tantas y tantas horas de cine americano. Allí, en el hall, estaba Mansil Nahar y los miembros de su Big Band, setenta años atrás, compartiendo mistela navideña, y risas, y gafas Cat Eye, y gomina, y faldas ladylike.
Bastó subir el telón y escuchar las primeras notas para completar la magia del viaje en el tiempo: Un delicioso y elegante retorno al pasado por Navidad, con un gran trabajo detrás, musical y de atrezzo.
El Coro Mansil Nahar, dirigido por Francisco José Román, y su Big Band de lujo, reunida especialmente para esta ocasión, iniciaron el concierto con un recorrido por las míticas canciones navideñas americanas. Let is snow, Jingle Bells, Santa Claus is coming to town volvieron desde algún lugar de la memoria para servir de banda sonora a las fiestas navideñas, tras un complejo y difícil periodo de arreglos en las manos de Eduardo Gallego y Miguel Ángel García.
Y tras la Navidad, el Fin de Año. Un showman recuperó el sabor de la tierra para volver a la Puerta del Sol y vía Radio Nacional de España, invitar al público a celebrar juntos en el Gran Teatro las campanadas de Fin de Año con auténticas gomi-uvas repartidas por las azafatas del evento. Pero antes, el momento cumbre: el último anuncio del año, que por aquellos cuarenta no fue otro que el de Norit, el borreguito. Ya saben: “Me he lavado el vestidito, / yo mi blusa me he lavado,/ lo he dejado muy blanquito,/ muy sedoso me ha quedado./ Porque, porque, hemos usado/ Norit, el Borreguito.”
Tras recibir el año nuevo, el escenario recuperó el ambiente con más glamour de las salas de fiesta y por él pasaron las Andrews Sisters -y su gran calipso Rum and Coca Cola-, el propio Fred Astaire con Cheek to Cheek, As time goes by resonando en el Rick´s Café de Casablanca, Fly me to the moon, Mr Sandman… y tantas otras interpretadas de modo exquisito por el coro, con solos de Oscar Parada, Agustín Sánchez, Emiliano Molina, Andrés Ruiz y las voces femeninas de Rafaela Sánchez-Gil, Consuelo Navas, Juani Fernández-Pacheco y Matilde López. Del cancionero melódico hispano recuperaron piezas, también de los años 40, como Bésame mucho, Quizás, Quizás, Quizás o Acércate más.
El fin de fiesta, como no podía ser de otra manera, a lo grande: Un espectacular In the mood, obra maestra del género, interpretado por los músicos de la big band mientras los miembros del coro compartían bailes con el público en el patio de butacas.