Las luces de Navidad iluminaban las calles. De los balcones colgaban Papá Noeles, redes con lucecillas, o alguna banderola con la imagen del niño Jesús. El frío hacía encoger los huesos de las gentes que paseaban, otras, se dirigían a la Casa de Cultura, porque como todos los años por estas fechas, el Grupo Cultural El Galán de la Membrilla, nos anuncia que la Navidad ya está aquí y ¿qué mejor manera que ensalzar esta fiesta cristiana, que pregonándola?
Esta ha sido su XX edición. Veinte años han pasado desde aquella primera vez en que este grupo quiso contar con D. Roberto Muñoz para que anunciara la llegada de la Navidad en forma de pregón. En aquella ocasión el pregonero fue presentado por D. José Luis López Martínez, desde entonces, el pregón de Navidad en Membrilla, se ha convertido en todo un clásico de estas fechas.
El escenario lucía festivo, tres cintas de espumillón, unas cuantas bolas plateadas, dos rosetones de luz al fondo del escenario y un macetón rojo con hermosas hojas verdes delante del atril, transmitían el espíritu de la Navidad, que seguramente, residía en todos los corazones de la gente que acudió a escuchar el pregón.
Dª. Antonia Serrano Gutiérrez fue la encargada de presentar al pregonero, y de la mano del poeta Vicente Cano, empezó su introducción con un bello poema, al que le siguió la enumeración del amplio currículo de D. José Carlos Henríquez de Luna, que en la actualidad ejerce como profesor en la E.F.A. Moratalaz, y que sería el encargado de pregonar la Navidad de este año. Una presentación que la misma presentadora dijo, era un prologo del corazón, por el afecto que le profesa al pregonero.
De altura fue el pregón, dada la talla de D. José Carlos. Altura física y humana, ya que en sus palabras dejó escapar reflexiones que daban muestra de ello. Tras saludar a las autoridades, a los asistentes, a su familia y al mismo Grupo Cultural, comenzó señalando como en algunas ocasiones, olvidamos que Dios nos ama.
Comparó a las familias actuales con la que se dio en Belén, modelo de familia, puntualizó, donde el esfuerzo personal para salir adelante en momentos de crisis, es ineludible, porque cada uno de nosotros, somos responsables de cambiar el mundo.
Hizo referencia a nuestra patrona la Virgen del Espino, destacando la familiaridad con que Membrilla trata a San José en los desposorios y además, dijo sentirse hijo de Membrilla.
Resaltó la importancia de cuidar lo que transmitimos a los demás, indicó que podemos sumar y no restar con nuestra crítica constructiva, y que hay más alegría en dar que en recibir.
Mencionó iniciativas plausibles para hacer entre todos, un mundo mejor, como la que se daba en la película, “Cadena de favores” o en otras iniciativas, como son los Bancos de Alimentos donde, organizaciones sin ánimo de lucro basadas en el voluntariado, ayudan a erradicar el hambre o al menos a que los más necesitados pasen menos hambre.
Subrayó la grandeza de la oración, y anunció que con estas fiestas, una gran luz llega para vencer la oscuridad.
Reconoció que era un gran honor ser el pregonero de la Navidad en Membrilla y fue despedido con el aplauso del público asistente y con un obsequio de recuerdo por su pregón, de manos de la presentadora Dª Antonia Serrano.
Para seguir inundando la noche de magia, qué mejor colofón que la música, interpretada por ocho miembros de la Banda de aire “Virgen del Espino” que tras unas melodiosas canciones cerraron la velada como no podía ser de otra manera, con un clásico popurrí de villancicos, que tuvieron que repetir, dado que el público asistente así lo requirió.
Un buen comienzo para sumergirse en estos días de fiesta y diversión para unos, oración y celebración religiosa para otros y de buenos deseos de paz y prosperidad para todos.