Allí estuvimos hasta el mes de junio, fecha de los cambios de pastores.
Ya había transcurrido otro año y yo tenía 23 y otro nuevo patrón, éste de Manzanares, Don Francisco Álvarez «El Heredero». Este señor no quería ovejas de los criados, por lo que tuve que dar las mías en arriendo. Sin embargo, nos daba: al mayoral el 6% de la producción del ganado; a mí el 5%; y a los ayudantes el 3%. Además, nos daba, una fanega de trigo y 6 libras de aceite todos los meses más algún dinero, que no recuerdo cuánto, pero a fin de año sacábamos un buen sueldo. Al año nos subieron otro 1% más.