Ofrecer una atención coordinada a los pacientes con algún tipo de demencia que presenten alguna situación de riesgo. Este es el objetivo en el que trabaja desde finales del año 2017 un grupo de doce profesionales entre los que se encuentran sanitarios de la Gerencia de Atención Integrada de Manzanares (Ciudad Real), junto a responsables de Bienestar Social y de los Ayuntamientos de Manzanares, Membrilla y la Solana.
Cinco administraciones que “buscamos la fórmula para superar las dificultades que supone un modelo de atención departamentado”, explica el enfermero Rubén Delgado en calidad de secretario del grupo de trabajo.
Para ello se han elaborado dos protocolos de actuación conjunta, en el que colaboran también residencias privadas de la zona de influencia. Uno de estos documentos diseña un circuito de atención a personas con demencia en riesgo y el segundo protocolo es el que define la metodología para formar a familiares cuidadoras de estos pacientes.
Desde su puesta en marcha se han comunicado 22 casos de pacientes que requerían una intervención conjunta y se han formado un total de 65 familiares cuidadores en cursos dirigidos por profesionales sociosanitarios.
Las personas diagnosticadas con algún tipo de demencia sufren una patología incapacitante que cursa con deterioro cognitivo progresivo y cuyo nivel de dependencia aumenta conforme la edad avanza. Esta vulnerabilidad puede conllevar una situación de riesgo cuando los recursos de cuidados del paciente son deficitarios o en los casos en los que no existe cuidador o éste no responde a las necesidades básicas del enfermo.
De ahí la importancia de ofrecer una formación pautada y adaptada al paciente, explica el doctor Javier Domínguez, jefe de Neurología del Hospital Virgen de Altagracia de Manzanares e integrante del grupo de trabajo.
El perfil de pacientes que ha requerido intervención coordinada es, en la mayoría de los casos, varón, mayor de 80 años que vive solo o con cónyuge en una situación de sobrecarga o dependencia, según se recoge en las estadísticas realizadas por el equipo.
El protocolo de coordinación sociosanitaria define siete situaciones de riesgo entre las que se considera que el paciente presente trastornos conductuales graves o déficit de recursos, así como sobrecarga por parte del cuidador, conflictos familiares o directamente que no exista esta figura. La metodología de trabajo parte del diagnóstico de la demencia por parte del especialista, la discriminación de la situación de riesgo, la intervención coordinada y la información al equipo para el seguimiento del caso.
El siguiente paso consiste en discriminar la posible situación de riesgo en base a los parámetros marcados e iniciar si procede la intervención, así como el posterior seguimiento por parte del equipo de trabajo.