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Caso singular el de San Antonio de Padua en Membrilla, pero no ajeno a lo que sucede con este santo tan milagroso en numerosos lugares del mundo: con algo más de doscientos “hermanos” y una humilde asociación que organiza sus actos de culto, el día 13 de junio se convierte en una auténtica celebración en la localidad.
De nuevo los vecinos y vecinas de Membrilla llenaron el templo parroquial de Santiago el Mayor para asistir a la celebración eucarística en honor a San Antonio. En ella, el párroco D. Pablo Martín del Burgo realizó una breve semblanza de la vida del sacerdote lisboeta que dentro de la comunidad franciscana se convirtió en un orador de referencia, hasta el punto de ser proclamado “Doctor Evangélico” de la Iglesia. El párroco subrayó la importancia que tienen los ritos y tradiciones en torno a las fiestas de los santos como modo popular de acercarse, en este caso, a la figura de San Antonio y su mensaje.
Al término de la misa, se procedió a la bendición de los panecillos de San Antonio, una de esas tradiciones populares de las que hablaba el párroco, y que acercan a nuestro tiempo conceptos tan importantes como la caridad con los pobres. (Ver artículo sobre el pan de los pobres).
Los miembros de la asociación que cuida del culto a San Antonio en la localidad repartieron quinientos panecillos entre los asistentes; panecillos que fueron fruto de una donación particular. Los donativos aportados por los asistentes en este acto serán destinados a la reforma del tejado de la parroquia.
Desde la “junta” directiva, presidida por Espino Atochero, mostraron su satisfacción un año más por la multitudinaria respuesta de los vecinos a la celebración del día 13, así como por el apoyo que esta “hermandad” recibe año tras año, algo que puede constatarse además en el aumento del número de asociados durante este último año.
