La Procesión del Encuentro es sin duda una de las más características de la Semana Santa de Membrilla, con una tradición anclada desde hace siglos en la figura de los Nazarenos barrocos que caminaban al alba por la Vía Dolorosa, con la cruz a cuestas, camino del Calvario.
Algo debía tener esta iconografía particular de Jesús, la del Nazareno, para que se convirtiese en una de las de devoción más sentida en la Semana Santa española. Y algo debía tener la historia apócrifa de su Encuentro en aquella calle con la Madre, Juan y la Verónica para que la representación de este episodio no evangélico, con raíces franciscanas, se convirtiese en uno de los momentos más emotivos de las celebraciones populares de la fe.
Así también en Membrilla, donde las Cuatro Cofradías de la madrugada desfilaban desde el siglo XVIII bajo un mismo estandarte tras los pasos de Nuestro Padre Redentor Jesús Nazareno y protagonizaban ese Encuentro en un acto conocido como Sermón del Encuentro.
Y así también esta madrugada del año 2023, cuando a las 6 de la mañana salía del templo parroquial la talla de Jesús Nazareno, precedida por el Niño Jesús Nazareno de la Misericordia y de María Magdalena y arropada por centenares de sus cofrades de túnica morada. Tres hermandades más completan el cortejo bajo la Luna Rosa, la primera luna llena de esta primavera: la Hermandad de la Santa Verónica y Cristo Crucificado con su imagen titular portada en andas por mujeres, en simbólico camino tras la cruz; la Hermandad de San Juan Evangelista, con la imagen del apóstol que tanto protagonismo tuvo en este Encuentro y en esta antigua “calle de la Amargura”; la Hermandad de Ntra. Sra. de la Soledad y Stma. Virgen de la Esperanza, con su recién restaurada imagen de la Soledad, epicentro del mayor dolor al reconocer al Hijo en ese condenado.
Ya en San Miguel, el Sermón del Encuentro: ahora lectura de un texto resumido por el propio D. Pedro Roncero de su pregón original, basado en los textos antiguos. Un texto salpicado de acertados retoques por el párroco D. Raúl y que resonó certero y bien llevado por un joven matrimonio cofrade.
Algo debía tener la historia narrada en esta procesión del Encuentro para que sea, quizá, la que más emociones contenidas destape. Ponerse en la piel de los cuatro protagonistas en el tremendo acto de dolor que describe el Encuentro. Seguir con la propia cruz, la interior, la oculta bajo un hábito morado, verde, rojo o negro, al Nazareno maltratado.
Y en las calles, emoción contenida. O no. Los ojos de los vecinos que viven el desfile desde fuera no mienten. Tampoco los ojos que se adivinan tras los huecos del capirote nazareno. Centenares, miles de historias personales. Palabras, música, olor a cera, el frío del amanecer, alguna saeta salpicando el cortejo, imágenes que conmueven, pasos, miradas... Membrilla volvió a vivir una Madrugada intensa, muy especial, en su procesión del Encuentro.