Arranca en la parroquia de Membrilla la rica tradición de la fiesta de San Antonio de Padua

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Membrilla celebra esta semana la fiesta de san Antonio de Padua, una de las festividades más antiguas de la población, que goza aún con una extendida devoción entre los fieles de la localidad, sostenida por una pequeña hermandad, presidida por Espino Atochero, bajo la que se agrupan más de 150 hermanos. Este 2020, debido a las circunstancias derivadas del estado de alarma y de la propia seguridad de los vecinos, la hermandad no ha cobrado la pequeña cuota que destinaban a las misas en sufragio por los difuntos de la hermandad, al tiempo que se contribuía a la adquisición de los 500 panecillos repartidos el día 13 de junio.

Es una fiesta de rica tradición, poco conocida todavía por algunos vecinos, que este año cobra un significado especial en medio de la pandemia del coronavirus y que volverá a reunir a los fieles en el templo de Santiago el Mayor gracias al impulso personal del párroco en estos días difíciles e inciertos.

Aunque el protocolo de asistencia al templo sufrirá alguna modificación, atendiendo a las normativas de seguridad impuestas en la fase 2 de la desescalada en la que se encuentra Membrilla esta semana, los cultos en honor a san Antonio mantienen este 2020 su esencia.

La imagen del santo ya preside el altar mayor del templo parroquial. Del jueves 11 al sábado 13 de junio se celebrará el triduo en su honor durante la misa de tarde, a las 21 horas. Será el sábado 13 festividad de San Antonio de Padua, cuando se celebre la función principal, manteniéndose el tradicional y popular reparto del “pan de los pobres”, este año limitado a unas 350 unidades debido a la limitación del aforo.

La asistencia a la misa deberá seguir los protocolos indicados por la parroquia tanto en lo relativo a aforo, colocación y desplazamientos por el templo. El pan de los pobres, envasado esta vez desde la propia panadería de fabricación, se repartirá junto a la puerta de salida de los fieles. Este año se ha limitado a unas 350 unidades, considerando la citada limitación del aforo del templo en esta fase 2.

La popular tradición del pan de los pobres en Membrilla

La popular tradición del “pan de los pobres” está muy anclada en la historia de san Antonio y de la propia localidad de Membrilla. Fue una pionera obra de caridad nacida bajo la advocación del santo para dar de comer a los más necesitados.

Es una tradición que se remonta muchos siglos atrás en Membrilla, pero que renació con fuerza a finales del siglo XIX y que los mayores de la localidad aún recuerdan en los años de posguerra, cuando los donativos al cepillo del milagroso San Antonio, el que más dinero recibía de la parroquia, iban destinados  al “pan de los pobres”, panes que se repartían en el atrio de nuestra iglesia a los más necesitados de la población. Se trataba de pedir una gracia al milagroso san Antonio y de entregar como donativo una limosna en el cepillo cuyo destino sería siempre el de atender a los pobres.

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