Una semana después, es tiempo de balance en lo tocante a la implicación de los vecinos con la fiesta de los Desposorios en general y con la verdadera protagonista, la Virgen del Espino, en particular. Que Membrilla se entrega con la fiesta, cada año más y en todos los sentidos, es una realidad constatable en cualquier rincón del municipio, tanto público como privado y familiar. Que Membrilla se vuelque con la Patrona, es el sentido mismo de la fiesta. Los vecinos no sólo han acompañado a la Cofradía en los actos religiosos organizados en honor a los Desposorios de Ntra. Sra. del Espino y san José (Bajada, Novenario, Desposorios del domingo, Subida…) sino que además han contribuido generosamente al mantenimiento económico del culto de la Patrona.
Comenzaban en las jornadas previas de puertas abiertas adquiriendo elementos y recuerdos propios de la devoción a la Virgen del Espino en el tradicional mercadillo instalado en los exteriores de la ermita.
Durante la estancia de la Patrona en la parroquia, donde fue agasajada con el centenario Novenario, los asistentes al culto dejaron 815 euros en el cepillo ubicado a los pies de la imagen.
El punto más importante de encuentro de los vecinos con la imagen de la Virgen se produce en el histórico Ofrecimiento, simbólico y tradicional acto de donación económica a la desposada en el que participa gran parte de la población y que se cerró con un balance de 21.027 euros.
Pero, sin embargo, el elemento más anecdótico y singular de la fiesta se encuentra en la Puja, curiosa subasta en la que la Junta de la Cofradía ofrece centenares de objetos de diferente índole que los vecinos donan a la Patrona y que desde hace unos años, sobre todo, se ha convertido en el punto de encuentro de cientos de personas en la Plaza del Azafranal para cerrar las fiestas patronales el Lunes de Desposorios.
En la edición 2019, dirigida magistralmente por los miembros de la Cofradía José Jiménez y Pedro Andújar, se han recogido casi 140 objetos donados, recaudándose un total de 14.192 euros, 1.250 euros menos que el año pasado (15. 442 €). El año 2017 en la Puja se obtuvieron 11.629 euros.
Tal como sucedió en la edición 2018, una alabarda ha sido el objeto por el que más se ha pujado: 400 euros. La alabarda es uno de los elementos más característicos de la fiesta, símbolo del cuerpo de alabarderos de la Virgen, y también estuvo presente en otra pieza, esta sin asta, por la que se pujó 300 euros, además de una alabarda que la Cofradía sortea directamente entre todos los alabarderos que han acompañado a la Patrona durante sus desfiles procesionales en Desposorios.
Otro objeto que recibió mayor puja fue una edición única de la réplica de la Virgen del Espino, policromada de azul, con cenefas y corona en pan de oro, que alcanzó los 330 euros.
Siguiendo la estela marcada el año anterior, el Ayuntamiento donó a la puja cuatro de los cuadros adquiridos en el Certamen de Pintura Rápida, uno de los cuales alcanzó la cifra de 325 euros.
Fueron muy solicitados otra serie de objetos, entre ellos los centros florales que acompañaron a la Patrona en sus procesiones, uno de los cuales alcanzó la cifra de 290 euros. Un collar que se hacía pulsera de tres vueltas, se pujó por 300 euros. De nuevo, artesanías y cuadros de gran valor humano, objetos de Tierra Santa, plantas cuidadas con cariño para la Patrona…
Cómo curiosidad, destacar la gran afición local por los girasoles, figuras siempre presentes sobre el escenario de la Plaza del Azafranal. Entre todos los lotes que contenían girasoles, sumaron casi 700 euros en sus pujas.
Horas de intercambio de ofertas y contraofertas protagonizadas este año por el simpático papel de los niños “instalados” bajo el escenario y los bizcochos, por sombreros y balconeras, por lotes de productos construidos a partir de restos del agasajo, como refresco y dulces tradicionales, y, como ya es tradición, se volvió a pujar la incombustible bandera de la peña Los Templaos.
Una Puja que se ha convertido en el ineludible final para unas fiestas patronales que terminaban de manera oficiosa a las 5:57 de la madrugada del martes, media hora antes que el año anterior.
Agradecían desde la Cofradía la implicación de las personas que donan y la participación de las que pujan por los objetos, invitando a todos los que puedan a preparar elementos de artesanía local para la Puja del año próximo.
Todo ello en un año en el que la propia Cofradía ha tenido que hacerse cargo del “cumplimiento”, a falta de Cumplidores oficiales, aunque un par de familias también se han preocupado por donar el agasajo del convite y la logística de vasos y platos necesarios, respectivamente. Otros regalos de importancia han aliviado la carga de gastos relativos a la Patrona, como la donación anónima de la nueva peana de la Virgen y los centros de flores que adornan la carroza en los desfiles procesionales.
Membrilla se ha volcado económicamente con la Patrona sumando aproximadamente unas donaciones de 36.000 euros en metálico. Un dinero con el que se sufragan los gastos propios de la fiesta de los Desposorios, como música, predicadores, culto, coro, misas de difuntos… También las reparaciones de la ermita, -este año con una participación en las obras de la Casa Parroquial-, el mantenimiento del ajuar y objetos de culto vinculados a la Patrona y san José, y con el que, sobre todo, se contribuye de manera importante a obras sociales, con donaciones a instituciones y organizaciones de carácter asistencial.