Apenas un mes después, miles de vecinos de Membrilla volvían a congregarse en las inmediaciones del parque del Espino para asistir a un acontecimiento extraordinario tanto por lo novedoso como por el intenso sentimiento que concentra: una nueva Bajada de la Virgen del Espino, fuera de su fecha habitual de Desposorios, con motivo esta vez del inicio de los actos conmemorativos del 50 Aniversario de su Coronación Canónica.
Revestido de la elegancia que desprenden los actos sencillos, pero cuidados con cariño hasta el último detalle por la Cofradía de Ntra. Sra. del Espino y la Parroquia, el acto inaugural del Aniversario hermanó de nuevo a todos los vecinos ante la presencia de la Patrona durante las cuatro horas de la tarde noche del viernes, acumulando emociones y estrenando sensaciones ante lo novedoso de cada elemento.
A las nueve de la noche, un cuerpo extraordinario de anderos, reunidos expresamente para esta ocasión especial por vecinos voluntarios, bajaban a la imagen de san José y de la Virgen del Espino desde su ermita, a través de las rampas de acceso. Una bajada especial, porque las imágenes no pasarían a sus respectivas carrozas llegadas al arco de acceso a la ermita, sino que realizarían todo el trayecto en andas. Especial simbolismo acumulaba el trono de la Virgen: el recientemente restaurado trono que la Cofradía adquirió tras la guerra, versión más humilde que llegaría en sustitución del requisado y desaparecido trono de plata Meneses de principios de siglo XX.
La imagen de la Patrona estrenaba para la ocasión el nuevo manto azul de Inmaculada Concepción, confeccionado en Bordados Perales, que fue recibido con grandes elogios y felicitaciones por parte de todos los vecinos, que nunca habían visto a la Virgen del Espino vestida de ese color, puesto que son los blancos y tonos claros simbólicos de las nupcias los que protagonizan las fiestas de los Desposorios.
Como un elemento novedoso más, el acompañamiento de la Rondalla Marmaria al frente del rezo del Rosario, un simbólico guiño a sus jornadas como Cumplidores especiales en los Desposorios del año pasado, que concluyó, de igual modo, con un baile a los pies de la patrona frente a la fachada sur del templo parroquial. Los integrantes del grupo fueron además los encargados de poner las notas musicales a los Gozos de la Virgen, himno oficioso desde el siglo XVIII, con el que la Patrona hizo su entrada en la iglesia.
Nuevo también en una Bajada fue la presencia de cientos de vecinos, hombres y mujeres, acompañando el cortejo alumbrando con velas ofrecidas por la Cofradía. Un acompañamiento que no suele realizarse en la Bajada de la Virgen y que se reserva para la procesión del Domingo de Desposorios.
Frente a la novedad de los detalles más exclusivos, la importancia de los tradicionales elementos simbólicos que acompañan a la Virgen del Espino y a san José en sus recorridos procesionales: la guardia de honor de los alabarderos, la reina y damas de las fiestas y los Cumplidores de los Desposorios. Y, desde este 2018, presidiendo el cortejo tras la cruz de guía de la Parroquia portada por los monaguillos, el nuevo estandarte de la Cofradía. Sacerdotes de la Parroquia e hijos de Membrilla, miembros de las hermandades y Cofradías de la localidad, autoridades civiles y numerosos vecinos más cerraban un desfile procesional también novedoso en su recorrido, esta vez ampliado desde los arcos del Parque del Espino por la Calle Castillo del Tocón, García Lorca, Plaza del Azafranal, Cervantes e Iglesia.
Al término de la procesión, con tres cuartos de hora sobre el horario previsto y con un templo completamente lleno de fieles, tuvo lugar la Eucaristía oficiada por el párroco Raúl López de Toro. La Virgen del Espino fue recibida en el templo con el saludo más bello que podrían hacerle sus hijos: el Ave María.