Si bien es cierto que pocos vecinos recuerdan el acto de Coronación de la Virgen del Espino, celebrado por el obispo Hervás el 15 de septiembre de 1968, pocos vecinos olvidarán la conmemoración de su 50 Aniversario que Membrilla ha vivido este domingo 9 con la presencia del actual obispo de la Diócesis, Gerardo Melgar.
La procesión extraordinaria y la solemne eucaristía de la mañana han servido de excepcional cierre al calendario de actos programados desde la Cofradía para la celebración del Aniversario, en una jornada dominical que quedará fijada en la historia del municipio y anclada en el sentimiento de todos los hijos de Membrilla que se sienten hermanados en la figura de la patrona Ntra. Sra. del Espino.
Un cortejo extraordinario e inédito en la tradición religiosa local, partía a las diez y media de la mañana de la iglesia de Santiago el Mayor. Como banda sonora, las bellas marchas, especialmente elegidas y dedicadas a la patrona por las dos agrupaciones locales: la Asociación Musical Maestro Emilio Cano, en la cabecera, y la Banda de Música Virgen del Espino, cerrando el cortejo. Allí estaba el nuevo estandarte de la Cofradía de la Virgen del Espino, escoltado por sus alabarderos, precediendo el paso de San José llevado en andas sobre el trono de Santiago el Mayor, y sirviendo de guía a la veintena de estandartes que han desfilado en representación de las cofradías y hermandades locales y de las llegadas de diversos puntos de la provincia, como Montiel, Manzanares, Bolaños, Castellar, Valdepeñas… El cuerpo de alabarderos, -guardia de honor de la Patrona-, centenares de vecinas vistiendo mantilla, Reina y Damas de los pasados Desposorios, Cumplidores del 2018 y de ediciones anteriores, y una nutrida representación de sacerdotes hijos y párrocos de Membrilla que estuvieron acompañados por el obispo de la Diócesis Gerardo Melgar. Todos con la mirada y el sentimiento puesto en el también extraordinario paso de la Virgen del Espino, luciendo bajo el sol su inédita imagen de azul y oro, arropada por su nuevo manto de Inmaculada bajo el templete que usó en 1969, restaurado y recuperado para la ocasión.
En el recorrido hasta las inmediaciones de su ermita, una parada protocolaria frente al Ayuntamiento para revivir de manera simbólica el momento de su Coronación. El alcalde Manuel Borja, acompañado por Miguel Ángel Bellón, presidente de la Cofradía, y por el obispo Melgar, descubría una placa que quedará en recuerdo del 50 Aniversario en el mismo lugar en el que se produjo la primera imposición de la Corona en el 68.
Después, apenas 600 metros entre aplausos y vítores de los vecinos a través del Parque del Espino hasta llegar al arco de acceso a su ermita, desde donde la imagen de la Patrona y de San José presidieron la solemne eucaristía. En su homilía, el obispo Gerardo subrayó constantemente una idea: en estos tiempos de relajación religiosa, de buscar vacíos modelos externos, no olvidar nunca seguir a María como modelo de respuesta a Dios. Destacó además el carácter solidario de esta celebración, que la Cofradía ha vinculado a un proyecto de desarrollo de Manos Unidas.
La función religiosa estuvo arropada por las voces de la coral Mansil Nahar de Manzanares y concluyó con la entrega de diplomas conmemorativos a las hermandades y grupos parroquiales participantes, unas emotivas palabras de agradecimiento colectivo por parte del presidente de la Cofradía y el descubrimiento de una placa con la imagen de la Virgen que presidirá desde ahora el arco de acceso. El broche de oro, los Gozos a la Virgen del Espino en la voz de María José Sánchez y coreados por todo el público asistente.
Las emotivas subidas de las dos imágenes hasta la ermita pusieron fin a unas jornadas para el recuerdo que el sábado habían contado con misas para mayores, catequesis para los niños, charlas en torno al tema de la Coronación y una impresionante Vigilia de Oración en el templo parroquial, y que terminaron el mismo domingo con una comida de hermandad en la que colaboraron Harina la que pida, el grupo de mayores y muchas hermandades locales.
En fin, unas jornadas de celebración en torno al 50 Aniversario de la Coronación en la que han destacado, sobre todo, tres elementos humanos impagables: el trabajo cuidado y meticuloso de Cofradía y Parroquia en pleno para organizar y preparar al detalle un sencillo pero completo programa de actos; el valor y el profundo sentimiento de las personas que han cedido sus pies a San José y a la Virgen del Espino para recorrer las calles de la localidad; y el amor incuestionable de todo un pueblo que se ha volcado, de nuevo, con su Patrona, arropándola en estas dos nuevas jornadas en las que ha bajado hasta la localidad desde su ermita.