La lluvia respeta al límite la Procesión y el Sermón del Encuentro en la intensa madrugada del Viernes Santo

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A las seis de la madrugada la imagen de Jesús Nazareno atravesaba la puerta sur del templo parroquial de Santiago el Mayor para iniciar su particular camino del Calvario por las calles de Membrilla, arropada por las notas de Silencio Blanco, interpretada por su Banda de Cornetas y Tambores Jesús Nazareno. La talla, la más antigua de la Semana Santa local junto con la Soledad, recuperaba su imagen habitual, vestida con su túnica morada bordada en oro y portando la cruz de remates dorados. Había sido habitual verla en los últimos desfiles procesionales, de manera excepcional, con su talla de madera policromada o vistiendo la túnica antigua y portando la sencilla cruz con la que llegó en 1940 desde los talleres valencianos de Vicente Tena. Le acompaña en esta procesión la imagen de María Magdalena portada en andas por mujeres de la Hermandad.

Bajo la noche, centenares de nazarenos vestidos de morado escoltaron la imagen de Jesús hasta las inmediaciones de San Miguel, lugar escogido desde la pasada década de los noventa para la celebración del Sermón del Encuentro: “un sermón de Pasión que se centra en el encuentro de Jesús con la Madre en el Camino del Calvario”, en palabras de don Pedro Roncero, verdadero impulsor de esta centenaria tradición. Un Auto Sacramental en el que las imágenes se convierten en los verdaderos actores del drama.

Siguiendo los pasos del Nazareno, partía de la Parroquia la Hermandad de la Santa Verónica y Cristo Crucificado con el paso de la Verónica, portado en andas por mujeres de la hermandad, en una salida igual de emotiva que cada Madrugada pero aún más especial en la conmemoración del 75 aniversario de la llegada de la imagen a Membrilla. Mecida por los sones de su Agrupación Musical Santa Verónica, el paso desfiló delante del solitario Convento de las Concepcionistas, que antaño fuera su hogar en la madrugada del Viernes Santo, para acercarse hasta el lugar del Encuentro y cumplir su bello papel en el Auto Sacramental: limpiar el rostro del Nazareno, que queda impreso en el lienzo, posibilitando instantes más tarde que la Madre le reconozca.

La Agrupación Musical San Juan Evangelista marcaba el paso del apóstol fiel, San Juan, tercero de los protagonistas del Encuentro, de excepcional vinculación no sólo a Jesús, sino a la Madre desde los momentos de la Pasión hasta el final de sus propias vidas; un simbolismo recogido en la palma que preside la Hermandad. San Juan Evangelista "caminó" portado en andas por varones de su hermandad y escoltado por sus nazarenos de túnica roja y capa verde. Recortado su papel en la historia desde 1994, cuando el Sermón de Pasión realizado por un sacerdote se convirtió en una lectura de un texto fijo por seglares a dos voces, San Juan volvió a llamar a la Madre, ahora sólo una vez, anunciándole el paso de Jesús. 

La lluvia respeta al límite la Procesión y el Sermón del Encuentro en la intensa madrugada del Viernes Santo

Y la Madre, Ntra. Sra. de la Soledad, culmina el Encuentro acercándose al Hijo en uno de los momentos más dolorosos de las horas de la Pasión. Portada sobre carroza, la talla hermana del Nazareno, llegada también en 1940 desde los talleres de Vicente Tena, estuvo escoltada por los nazarenos de túnica negra de su hermandad, cuyo paso abría el cuerpo de nazarenos vestidos de verde y marfil en la distintiva duplicidad de colores de la Hermandad de Ntra. Sra. de la Soledad y Stma. Virgen de la Esperanza. Como banda de palio, la Banda de Música Virgen del Espino.

Tras la celebración del Encuentro, la procesión retomó el itinerario unitario habitual, salpicado de varias saetas a Jesús Nazareno y María Magdalena cantadas por Gema Jiménez, cuya voz se ha sumado en los últimos años a la banda sonora del Viernes Santo de Membrilla, dejando bellas estampas sobre todo a la entrada de las imágenes en la iglesia parroquial. Allí también cierra su emotiva estación de penitencia la Verónica y San Juan.

La lluvia, que había estado esperando el final de la Procesión del Encuentro, hizo un leve acto de presencia cuando el Nazareno llegaba a la iglesia, imprimiendo un matiz de premura en el desarrollo de la procesión, que pudo completarse sin problema con la entrada final de Ntra. Sra. de la Soledad en el templo.

La lluvia respeta al límite la Procesión y el Sermón del Encuentro en la intensa madrugada del Viernes Santo  La lluvia respeta al límite la Procesión y el Sermón del Encuentro en la intensa madrugada del Viernes Santo

 

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