Hace cuarenta años, la nueva Junta de Hermandades de Semana Santa instauraba en Membrilla la tradición de contar con un cuerpo evangélico que acompañase la hasta entonces más sobria procesión de las palmas del Domingo de Ramos. Doce apóstoles acompañando a Jesús, personificados por “figuras vivientes”, -decían entonces-, que no eran sino miembros de las hermandades y cofradías de Pasión de la localidad ataviados con sus respectivas túnicas de hermandad. Junto con las escasas cincuenta palmas que procesionaban, componían la entonces llamada Procesión de la Entrada de Jesús en Jerusalén. Quizá hubo algún antecedente esporádico cercano en el tiempo, pero ahora llegaba para quedarse de modo definitivo.
Cuarenta años después, la ahora llamada Procesión de las Palmas y la celebración del Domingo de Ramos mantiene ese mismo esquema de contenido pero con dos importantes cambios en las formas: la pérdida del Convento como lugar de referencia de la Bendición de las Palmas, sustituido ahora por la iglesia de San Mateo, y la no tan lejana admisión de la mujer en el desfile portando palmas. Una participación femenina que se ha enriquecido en los últimos años con la inclusión en el desfile de los pequeños cofrades de la localidad y la aparición de la borriquilla.
Así, a pesar de las bajas temperaturas y tras la Bendición de Palmas y ramos de olivo en San Mateo, partía este año el colorista cortejo de la Procesión de las Palmas por el itinerario de costumbre, precedido del cuerpo de monaguillos de la Parroquia de Santiago el Mayor. Doscientas cincuenta palmas escoltando el paso del cuerpo apostólico, habitualmente integrado por dos miembros de cada hermandad de Pasión, y de Jesús sobre la popular borriquilla. En el centro de la comitiva, más de cien pequeños cofrades portando ramas de olivo. Cerrando el cortejo, sacerdotes de la Parroquia, miembros de las hermandades locales de gloria y de Pasión y Directiva de la Junta de Hermandades y Cofradías de Semana Santa, acompañada por la Pregonera 2018, además de representantes de la Corporación Municipal. La banda sonora, a cargo de la Agrupación Musical Santa Verónica. Probablemente el frío fuese el causante del pequeño descenso de participantes en la procesión, considerando que en el 2017 la demanda desbordó a la organización, desfilando 270 palmas y quedándose muchos vecinos sin poder acompañar el recorrido. Un hecho que movió este año a pedir 300 palmas para el Domingo de Ramos.
Al término de la Procesión, se celebró la solemne eucaristía en la Parroquia.