El Viernes de Dolores concluía en la parroquia de Santiago el Mayor de Membrilla el Septenario de la Virgen de los Dolores con la celebración del tradicional Sermón de la Soledad, eucaristía previa a la procesión de la imagen titular de la Hermandad de Jesús Nazareno Yacente y Virgen de los Dolores por las calles de la localidad en el inicio oficial de la Semana Santa.
Durante la Eucaristía, oficiada por Raúl López de Toro y presidida por la Virgen de los Dolores bajo el altar mayor, el párroco invitó a los asistentes “a mirar a esta Virgen dolorosa”, una de las más bellas de la imaginería local, pero también de las de mayor dolor, representado en unas lágrimas que no son sólo por su Hijo muerto en la cruz, sino “por el dolor que nosotros le causamos a su hijo por nuestra falta de amor.”
El párroco recordó cómo Jesús “fue capaz incluso de ofrecernos a su propia madre, que es lo que un hijo más quiere”, de regalárnosla en el momento de más dolor en la Cruz, volviendo al episodio evangélico de san Juan, al tiempo que hizo un recorrido por los Siete Dolores de la profecía de Simeón. Raúl concluyó este Sermón introduciendo en la celebración de los Dolores de la Virgen un matiz de esperanza que concluirá en el encuentro final de la madre con el hijo en el Domingo de Resurrección. Del mismo modo, invitó a los asistentes a vivir esta Semana Santa por supuesto en las manifestaciones populares de fe en la calle, pero sobre todo en las celebraciones en la iglesia, aprovechando estos días para realizar una buena confesión, para acercarnos a Dios presente en la Eucaristía y también para volver a los episodios evangélicos de la Pasión, como una lectura inagotable.
La borrasca Hugo, que había llegado horas antes a nuestra población, trajo consigo una lluvia constante que impidió la salida del desfile procesional con la imagen de la Virgen de los Dolores por las calles de Membrilla, con gran pesar de la Hermadad y de los fieles que llenaban el templo parroquial. La procesión se sustituyó por una oración en el interior de la iglesia, acompañada por los sones de la Agrupación Musical San Juan Evangelista, que interpretó las marchas “Judería Sevillana”, de Alejandro Blanco, y “Sabed que vendrá”, una adaptación de Antonio López Escalante de una canción de Bob Dylan inspirada en el espiritual negro “No More Auction Block”.
