El Domingo Laetare que Membrilla tuvo el corazón verónico

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Centenares de vecinos se han sumado este domingo a las celebraciones organizadas por la Hermandad de la Santa Verónica con motivo del 75 Aniversario de la llegada de su imagen titular a la Semana Santa de Membrilla.

A las once de la mañana estaba prevista la procesión extraordinaria de la imagen que partiría desde el Convento de las Concepcionistas Franciscanas. Una gran iniciativa de la Hermandad, que buscaba rememorar así una tradición centenaria perdida en los años 80: La Verónica pasaba la noche del Jueves Santo en la iglesia del Convento, acompañada por las madres concepcionistas. Y desde allí salía en la madrugada del Viernes Santo, a la llamada del sacerdote, para desarrollar su importante papel en el Sermón y Procesión del Encuentro: limpiar el rostro de Jesús Nazareno en su camino con la cruz hacia el Calvario. Incluso la imagen, abandonando su tradicional trono de faldones tallados y bañados en pan de oro, había sido colocada sobre las antiguas andas de madera con las que procesionó por primera vez aquel 1943, recuperadas y restauradas para la ocasión.

Sin embargo, la intensa lluvia de los momentos previos obligó a la organización a suspender la procesión por las calles de la localidad, trasladando por otros medios la imagen hasta la parroquia de Santiago el Mayor. Allí se celebró una ceremonia más sencilla, pero de mayor calado emocional incluso.

Y allí se desveló lo verdaderamente extraordinario de estos días de conmemoración: Una junta joven, mayoritariamente femenina por primera vez en la historia de la hermandad, presidida también por primera vez por una mujer, María Teresa Navas, ha sabido concentrar en cien metros de recorrido a lo largo del templo no sólo los 75 años de una imagen, sino los al menos doscientos años que atesora la devoción local a la figura de la Verónica.

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A las once y media partía el cortejo desde los pies de la iglesia precedido del cuerpo de monaguillos de la parroquia y del nuevo estandarte de la Hermandad, estrenado en esta ocasión tan especial. La Verónica, sobre sus antiguas andas portadas por mujeres de la Junta Directiva, recorrió la nave central bajo los sones cofrades de su Agrupación Musical Santa Verónica para situarse a los pies del altar mayor, desde donde presidió la Misa Solemne. Completaron el cortejo el párroco, miembros de las diferentes Juntas de la Hermandad y una representación de las hermandades y cofradías de Pasión y Gloria de la localidad, además de autoridades civiles.

Un humilde cortejo, arropado por las notas de Tu humilde mirada, en el que una sencilla imagen portada en unas viejas andas de madera hizo sentirse verónico el corazón de los asistentes…

A veces, no hace falta más. Lo comentaba el párroco minutos después: “Todos tenemos que ser de la Verónica. Todos somos Verónica. No deberíamos ser al revés. De los que estropean, de los que laceran, de los que escupen y destrozan el rostro de Cristo.”

Antes de la Eucaristía, el párroco Raúl López de Toro procedió a bendecir el nuevo estandarte de la Hermandad, confeccionado en terciopelo verde y bordados dorados, que sustituye como emblema central la antigua Santa Faz por una imagen de la Santa Verónica de Membrilla.

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Durante la Misa Solemne, que casualmente coincidía con el Domingo Laetare, de la Alegría, (domingo IV de Cuaresma, en el que los ornamentos litúrgicos se tornan rosados y se permiten las flores y la música en los templos), el párroco invitó a los numerosos asistentes que llenaban el templo parroquial a contemplar la imagen de la Santa Verónica, a ser conscientes de qué lleva en las manos: “El paño de la cara divina de Cristo que va camino de la Cruz”; y cómo ella “con gran amor, con gran ternura, delicadeza, compasión” lo plasma en su lienzo. El párroco destacó a la Verónica, en estos días de reivindicaciones femeninas, como una mujer valerosa “que consuela, que cura, que ayuda, que se compadece del otro”. Además, abogó por la unidad de los cristianos y cofrades de Membrilla en torno a su Semana Santa, sin distinción de hermandades ni cofradías. En la misa solemne participaron activamente miembros de la Hermandad de la Santa Verónica, cerrándose con una extraordinaria reflexión en torno al sentido del culto a su titular y la celebración del 75 Aniversario a cargo de la presidenta, María Teresa Navas Alumbreros.

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El capítulo musical, magnificado por la acústica del impresionante templo de Santiago el Mayor, estuvo a cargo de la AM Santa Verónica que interpretó durante la Eucaristía la Marcha de Saúl, del Oratorio HWV 53 de Haendel, adaptada por el músico local Emilio Cano; un fragmento de Reo de Muerte, de N. Barbero Rivas, y Santo Rostro, marcha propia original de Emilio Cano; y el Ave María de Caccini, adaptada por M. A. Font y cantada por Andrés Ruiz de la Hermosa, componente del coro Mansil Nahar. Cerró el acto con las notas de Caridad del Guadalquivir, de Paco Lola.

Tras los actos religiosos de la mañana, la Hermandad de la Santa Verónica y Cristo Crucificado invitó a los vecinos y hermanos a un aperitivo en el Pabellón del Espino.

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