La Procesión del Encuentro de la madrugada del Viernes Santo en Membrilla recuperó en parte la esencia de los años 40 en la imagen de Jesús Nazareno, que en su primera salida por las calles de Membrilla tras su reciente restauración procesionó, de manera extraordinaria, tal como llegó a nuestra población en 1940: llevando al descubierto la túnica tallada por la gubia de Vicente Tena y, sobre los hombros, la cruz original que trajo a Membrilla desde el taller valenciano. Fue, junto a Ntra. Sra. de la Soledad, la primera imagen de la Semana Santa de Membrilla y precisamente junto a la talla de la Soledad y las imágenes de la Verónica y San Juan, que mantienen también las formas originales desde aquella década de los 40, compuso en el escenario del Encuentro la evocadora imagen de una Semana Santa de casi ochenta años atrás. Alrededor de las imágenes, ahí sí, las diferencias: más de mil nazarenos, cuatro bandas de música, exorno floral, carrozas y tronos dorados y una rotonda que respetar.
A las seis de la mañana, la imagen de Jesús Nazareno salía de nuevo por la puerta sur del templo con algunas diferencias respecto a aquellos orígenes, y no sólo en el horario. Antes portada en andas, con algunos nazarenos; ahora en carroza, acompañado por los sones de su Banda de Cornetas y Tambores Jesús Nazareno y por centenares de nazarenos que viven intensamente la madrugada de Membrilla. Desde los años 60, el cortejo del Nazareno se acompaña de la imagen de María Magdalena, portada en andas por mujeres de la hermandad, esta vez en su primera salida desde su reconocimiento por el papa Francisco como Apóstol entre los Apóstoles.
Tras el Nazareno, el emotivo cuadro de las anderas de la Verónica, de la Hermandad de la Santa Verónica y Cristo Crucificado, que consiguió sumar a la Semana Santa local la imagen de la santa mujer pocos años después para completar la recuperación del Auto Sacramental de la Pasión del Señor, que se había desdibujado. También la misma talla de los años 40, pero ahora portada en grandes andas doradas por unas cuarenta mujeres y con protocolos distintos, alejados, como tantas cosas ahora, del convento de las Concepcionistas. La Verónica estuvo acompañada por sus nazarenos y los sones de su Agrupación Musical Santa Verónica y cumplió fielmente su papel consolador en el camino del Calvario limpiando el rostro del Nazareno.
Completando el escenario del Encuentro, la imagen de San Juan Evangelista llevada en andas plateadas por las mujeres de la Hermandad de San Juan Evangelista de la que es titular. Aún desconociendo la fecha exacta de su adquisición, la imagen llegó a Membrilla también en los albores de esa Semana Santa que renacía y que lo primero que hizo fue completar el cuadro de las cuatro imágenes protagonistas de un popular Sermón del Encuentro cuyas raíces se hunden siglos atrás. Acompañado de sus nazarenos y la Agrupación Musical San Juan Evangelista, el apóstol fiel protagonizó su encuentro con el Maestro.
Siguiendo el guión adaptado del sermón original por D. Pedro Roncero, la talla de la Soledad se reencontró con su imagen hermana del Nazareno como si en Membrilla no hubiesen pasado ya ochenta años, con algunas variaciones añadidas en los hechos narrados, ahora en carroza, pero manteniendo la misma intensidad en el encuentro entre la madre y el hijo camino del Calvario. ¿Cómo serían aquellas primeras madrugadas en las que la Semana Santa de Membrilla sólo había recuperado al Nazareno y la Soledad? La imagen titular de la Hermandad de Ntra. Sra. de la Soledad y Stma. Virgen de la Esperanza estuvo escoltada por sus nazarenos y por la Banda de Música Virgen del Espino.
Tras la celebración del Auto Sacramental, la procesión, probablemente la de emociones más intensas de la localidad, continuó su camino por las calles hasta la iglesia parroquial, en un recorrido salpicado por las saetas de Cristina Soler a María Magdalena y al Nazareno, especialmente emotivas a la entrada en templo, y con mucha más gente en la calle que en ediciones anteriores.