Cientos de vecinos de Membrilla acompañaron a la imagen de la Virgen del Espino en el regreso a su ermita después de varios meses de permanencia en la Parroquia debido a las obras de restauración del santuario. La imagen, llevada en andas por miembros de la Junta de su Cofradía y escoltada por una representación de sus alabarderos, hizo el recorrido entre la Parroquia de Santiago el Mayor y su ermita del Parque del Espino en una sencilla procesión de fieles que concluyó a los pies de la subida a la ermita.
Llegados a este punto, los párrocos de la localidad realizaron un sencillo acto religioso de bendición del nuevo arco de piedra que da acceso a las rampas de la ermita y, acompañados por el presidente de la Cofradía, procedieron a cortar la cinta inaugural de las obras de restauración del templo.
La imagen fue subida a la ermita y colocada en su camarín. Los vecinos pudieron visitar por primera vez la renovada ermita, que ha experimentado un importante cambio estético surgido en su origen de la necesidad de eliminar importantes problemas de humedad en el templo, principalmente localizados en la zona del altar mayor y en la Capilla de Santiago. La aparición de elementos de construcción anteriores a la Guerra Civil llevaron a la Cofradía a valorar la importancia de su mantenimiento. De este modo, se han restaurado el ladrillo y la piedra originarias que permanecían tapadas con yeso en las paredes de la Capilla de Santiago. En esta capilla también se han restaurado las pinturas de la cúpula y se han reformado las hornacinas de las imágenes de San Antón, San Isidro y Santiago, figura esta que todavía no ha sido colocada y que, tras la polémica de meses anteriores, sufrirá alguna remodelación estética para hacerla más acorde con el sentimiento cristiano.
Tras la restauración del retablo, la imagen de San José ha pasado a ocupar un pedestal exterior en él, junto a la imagen de la Virgen del Espino. La nave principal de la ermita ha mantenido su estética tras las obras aunque se han hecho pequeñas transformaciones eliminando el antiguo altar de San José y colocando zócalos y suelos de mármol. La restauración se ha completado con obras exteriores en las paredes del lado Norte de la ermita, junto al cerro, y en la bajada oeste al río Azuer, obras estas que todavía no se han concluido.