Aunque, como bien nos recordaba Juan Carlos Fdez. de Simón en un artículo, ninguno de los decretos de los papas de la Iglesia que desarrollaron la fiesta del Corpus Christi a lo largo de los siglos hablaba de la procesión con el Santísimo como un aspecto de la celebración, lo cierto es que esta procesión se ha convertido en uno de los elementos centrales de fiesta. Sobre todo a partir del siglo XVI, cuando en Membrilla, como en toda la cristiandad, la fiesta alcanza su máximo esplendor tal como atestiguaba la magnífica custodia de plata que se utilizaba para la procesión del Corpus y que precisaba de al menos cuatro personas para su alzado. (Guardada en el Convento de las Concepcionistas Franciscanas, fue robada en los tristes días de la Guerra Civil durante el asalto e incendio del convento, pero eso es otra historia.)
De aquellas fiestas y fastos de los siglos XVII y XVIII, muy del gusto barroco, nos llegaron la música y los estandartes, el desfile de cofradías, la pólvora e incluso festejos de tipo taurino y teatral. No en vano, Membrilla celebraba su fiesta del Corpus durante toda una semana, como cuenta el historiador local Pedro Almarcha. También nos ha llegado la custodia del siglo XVII, que pudo ser salvada del expolio de la guerra.
Entrado el nuevo milenio, Membrilla afronta la festividad del Corpus Christi más sencilla en las formas, pero manteniendo entrañables y curiosos elementos de una fiesta que en otro tiempo, citando también a Almarcha, “era una de las más importantes de la localidad junto con los Desposorios.”
La fiesta del Corpus Christi, trasladada al domingo siguiente a su celebración, se vivió en la localidad en la Eucaristía celebrada en la Parroquia de Santiago el Mayor. Al término de la misa, el párroco Raúl López de Toro elevaba la Sagrada Forma hasta la custodia ubicada sobre una carroza que llevaría al Señor por las calles de Membrilla, engalanadas para la ocasión con motivos florales, banderas y estandartes, además de referencias bíblicas y eucarísticas.
La custodia salió del templo parroquial por la puerta Sur sobre un manto de flores y plantas aromáticas vestida además por las notas de la marcha Triunfal interpretada por la Asociación Musical Maestro Emilio Cano, una composición de José Blanco basada en motivos del Tantum Ergo, fragmento del himno eucarístico Pange Lingua escrito por santo Tomás de Aquino en el siglo XIII.
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Abrían el cortejo el cuerpo de monaguillos de la parroquia y los niños y niñas que este año han recibido su Primera Comunión. Tras ellos, una representación de las hermandades y cofradías de la localidad con sus estandartes, entre las que se encontraban la Adoración Nocturna local, organizadora del evento. La Asociación Musical Maestro Emilio Cano puso la música y la devoción popular estuvo representada por los fieles que acompañaron con velas el cortejo. Cerraba la procesión eucarística la carroza con la custodia, acompañada por las autoridades religiosas y el equipo de gobierno local. Tras el recorrido, la Sagrada Forma volvió a entrar en la iglesia parroquial bajo una lluvia de flores nacida de las manos de los pequeños de Primera Comunión.
“Vive sencillamente para que otros, sencillamente, puedan vivir”
Nos recordaba Benedicto XVI en una encíclica que “una Eucaristía que no comporte un ejercicio práctico del amor es fragmentaria en sí misma”. Por ello, el día de máxima celebración de la Eucaristía no podía faltar la celebración solidaria del amor representada en la celebración del Día Nacional de la Caridad.
A lo largo de la mañana, Cáritas realizó una cuestación entre los vecinos para obtener fondos con los que sufragar sus proyectos de asistencia y cooperación, cuya demanda se ha multiplicado en estos tiempos de crisis. Bajo el lema “Vive sencillamente para que otros, sencillamente, puedan vivir”, Caritas Diocesana de Ciudad Real “plantea la necesidad urgente de un nuevo desarrollo y de una nueva economía que gire alrededor del bien del ser humano y sea respetuoso con el medioambiente”, de una sociedad más justa con una redistribución más equitativa de bienes y servicios. Campaña que apela “a nuestro compromiso personal y social” en una lucha contra la indiferencia ante la pobreza en el mundo.
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