Pese a los pronósticos de lluvia para el mediodía y a las bajas temperaturas, numerosos vecinos de Membrilla se congregaron en los alrededores del templo parroquial en la mañana del domingo, con o sin mascota, para participar en los actos que ponían punto final a la fiesta de San Antón.
Tras el desayuno de las preceptivas migas en casa de José Arroyo, presidente de la Hermandad, los hermanos de San Antón se prepararon para asistir a la misa mayor en honor del Santo, oficiada por el párroco Raúl López de Toro. Una comitiva formada por los miembros de la Junta Directiva de la Hermandad, acompañada por la Asociación Musical Maestro Emilio Cano, recogió al matrimonio cumplidor en su domicilio para desplazarse a la iglesia de Santiago el Mayor.
Ante los cientos de fieles que llenaron el templo, muchos de los cuales tuvieron que asistir de pie a la misa, el párroco realizó una semblanza de la vida de San Antonio Abad para promover el conocimiento de la persona y del santo en un intento de ahondar más en su figura, más allá de actos populares y costumbristas. Raúl López planteó la figura de San Antón como una fuerza evangelizadora real, muy necesaria sobre todo en estos tiempos en los que los valores tienden a una peligrosa relajación, sobre todo entre los jóvenes, y la vida en la fe es tan cuestionada y tan poco tenida en cuenta como demuestra el hecho de eliminar las celebraciones religiosas del calendario.
Al término de la misa, miembros de la Hermandad repartieron entre los vecinos el tradicional puñado de cebada bendecida para llevar a los animales de la casa, una costumbre antiquísima que no obstante, es poco conocida por las nuevas generaciones.
Bajo unas primeras e incipientes gotas de lluvia y mucho frío, la imagen de San Antón salió del templo parroquial por la portada Sur llevada en andas por jóvenes de la hermandad. Precedía el cortejo procesional el cuerpo de monaguillos de la parroquia seguidos, muy de cerca, por un gran número de vecinos que llevaron a sus pequeños animales domésticos para acompañar al santo: perros de todas clases y tamaños, pájaros variados, tortugas y conejos, hamsters (con o sin sombrero) y toda criatura viviente que pueda incluirse bajo la etiqueta de mascota.
Tras el animado zoo, la banda de la Asociación Musical Maestro Emilio Cano marcaba las notas ordenadas del cortejo: Valentín Bellón Simón y Juana Arroyo Cotillas, cumplidores del 2012, precedían la imagen de San Antón. Cerraban el cortejo Raúl López, párroco, y José Arroyo, presidente de la Hermandad, acompañado por los miembros de la Junta Directiva, además de algunos miembros del equipo de gobierno local encabezados por el alcalde. Tras las autoridades religiosas y civiles, fieles a su cita con San Antón, numerosas caballerías rendían su tributo un año más al santo viejo.
A la llegada a la Plaza del Azafranal, la comitiva se detuvo frente al reloj de torre para asistir a las tres vueltas marcadas por la tradición, y ahora limitada a las caballerías, que los animales dan al circuito marcado por las calles García Lorca, San Miguel y Mayor, pasando tres veces delante de la imagen del Santo.
La lluvia arreció al final de la última vuelta, obligando a los participantes en la procesión a correr literalmente hacia la iglesia al ritmo de marcha rápida impuesto por los percusionistas de la asociación musical. Una vez en el interior de la iglesia, la Asociación Musical Maestro Emilio Cano interpretó la marcha Pasa la Virgen de Gracia en honor al santo.
El punto final a los actos lúdicos lo puso el tradicional agasajo para los hermanos celebrado en el pabellón del Espino, que estuvo amenizado por las notas de la asociación musical.
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