En la noche del 18 de noviembre tuvo lugar este homenaje con aforo completo en la casa de la cultura, donde el cariño, amistad, amor y agradecimiento fueron los protagonistas.
Las emociones afloraron ante este sentido acto, realizado a la memoria y recuerdo de nuestro querido Ricardo Merino Ramos.
Tanto los organizadores y coordinadores del acto, Francis Alhambra y José Jiménez así como los participantes en el mismo: Vicente Díaz Pintado, Carmen Jiménez, Vicente Ballesteros, Alicia Jiménez, Juani Núñez, Pascual Muñoz, Ramoni Andújar, Amalia Aparicio, Agustín Sánchez, y Tuna de Membrilla supieron expresar a través de las diversas manifestaciones del arte, sus más sinceros sentimientos.
Comenzando por la actuación de la Tuna, con sus canciones “Compostelana” y “Los Amigos” levantaron el telón para una velada inolvidable que continuo con las precisas y preciosas palabras del Carmen Jiménez, recordándonos el significado de la palabra gratitud y haciendo un recorrido por la faceta artística de Ricardo, desde sus comienzos como amater en el grupo de cámara y ensayo “el Candil”, como miembro y colaborador del grupo “El Galán de la Membrilla”, hasta ser el fundador del grupo de Cultura y Ocio “Los Faranduleros”.
Tras ello se dio paso a la poesía, con textos de exquisita ternura, exaltación de la amistad, imperiosa gratitud, falta de tiempo vivido, de recuerdos, de proyectos cumplidos y proyectos por cumplir, que estaban inmersos en esa inquietud mental de este promotor cultural.
Caracterizado por la diversidad de amistades de las que gozó Ricardo el siguiente en participar fue Vicente Díaz Pintado, persona muy querida en el pueblo, no por ser párroco, sino por sus cualidades humanas, que entre otras palabras, nos habló de la templanza del Ricardo esperando su final, de un hombre creyente, que amó la vida y no temió a la muerte.
Y entre orador y orador, hace su aparición la música y voz en la persona de Francis Alhambra, con canciones como “Te Quiero”, “Y digo míos” y “Todavía”, con las cuales se abre un río de emociones, complicidad, amistad y vivencias expresadas en esa voz diferente, llegando a lo más hondo del corazón de los allí presentes y recojo unas palabras de este artista que dicen: Ricardo está en mi recuerdo y en mi alma, es un amigo con el que compartí arte, música y vida, fue una persona muy comprometida y partícipe en la vida cultural y social de Membrilla; un hombre bueno de los que hacen que este mundo sea más hermoso.
No puedo dejar pasar por alto a una persona que se nombró en innumerables veces, pues detrás de un gran hombre se encuentra siempre una gran mujer, me refiero a Manoli, su esposa, su musa, su amiga, su confidente, su compañera, su actriz en las tablas, crisol de su fe, y sacramento de amor… sus palabras llenas de cariño y pena, demostraron la importancia del ser querido, de su ausencia y de su recuerdo.
Tras su esposa, nos acompañaron las palabras de José Jiménez, de un compañero en las tablas, y un amigo en la vida, como si de un libro se tratase, nos relató sus vivencias junto a Ricardo, concluyendo su discurso con “se cerró la última página del libro de tu vida”, te quiero compañero.
No hace falta decir que el vínculo de Ricardo con Membrilla era extremadamente grande, su amor por el pueblo y sus gentes tenían que ser expresados de una forma inherente en él, siendo a través de su pluma y sus textos como transmitió la cultura, sus formas de ver la vida y el mundo, la belleza de los poemas, la fantasía del teatro y el poder de la música.
Y hablando de música se puso el colofón final con la prodigiosa actuación de Agustín Sánchez, interpretando “El sembrador”, una de las obras líricas favoritas del homenajeado, pues así será recordado, como el sembrador de cultura en su amado pueblo.
No puedo por más que terminar esta narrativa con palabras de Miguel Hernández referidas por su mujer y que son aplicables a todos los que lo conocíamos y queríamos:
“A las aladas almas de las rosas del almendro de nata te requiero, que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero.”
Seguro que estás dando las gracias asomado desde el palco del cielo.
Gema Ballesteros Sánchez
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