Qué disparate, galán

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Informar es una labor tan necesaria como difícil. A los medios de comunicación debemos exigirles dos cosas: honestidad y rigor. Deben ofrecernos, aun a través de su interpretación, lo más cercano a la verdad de las cosas que ocurren. Y para ello deben ser rigurosos, tomar fuentes fiables, documentarse, interpretar de acuerdo a lo que está demostrado. En fin, en eso estriba su profesionalidad, y a partir de eso pueden gozar de nuestra credibilidad.

Reflexiono acerca del rigor con que los medios tratan la información que ofrecen, al hilo de las variopintas interpretaciones que ha tenido estos días una noticia relacionada con Membrilla en distintos medios escritos y digitales. Me refiero a la rueda de prensa que el pasado día 20 de julio reunió en el Palacio de los Condes de Valdeparaíso, coqueto recinto en el no menos hermoso pueblo de Almagro, a varias personas con el fin de promocionar nuestra querida comedia El galán de la Membrilla.

Como bien informó Membrilla.com, presentó el acto el propio director del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, Emilio Hernández, que además mostró cierta alegría de encontrarse ante una obra que, teniendo el principal atractivo de estar escrita por Lope de Vega, es una obra muy cercana a Almagro, pues está ambientada en Membrilla y Manzanares. En representación del Ayuntamiento de Membrilla, asistió el concejal de Cultura, Enrique Jiménez. Y, como comentarista de la obra y de las dos ediciones que se pretende promocionar, nuestra vecina Isabel Villalta.

Y el acto tenía como fundamento precisamente eso: promocionar las dos últimas ediciones, publicadas en 2007, de El galán de la Membrilla. Como todos sabemos, y así lo recogió la nota de Membrilla.com, esta comedia de Lope no ha tenido demasiada proyección desde el siglo XVII, siendo poco editada y representada desde entonces. Pero sí hay ediciones de la obra, e incluso hay una edición crítica que podemos calificar de definitiva, de 1962, de nada menos que la Real Academia Española.

Pues bien, conociendo todo esto, podemos apreciar un problema de comunicación, de mala información, de peor atención y de nula documentación. Es notorio que medios provinciales se hagan eco de noticias que tengan que ver con Membrilla, pero al precio de llenar sus páginas con disparates tremendos, mejor sería que se olvidaran de la Membrilla y su galán. Porque qué disparates, galán, hemos podido leer desde el martes en la prensa.

Medios como La Tribuna de Ciudad Real, e incluso el ABC, en su sección de Castilla-La Mancha, entre otros, reprodujeron en sus ediciones impresas y digitales el comunicado de la noticia remitido por la agencia EFE. Un comunicado que, con todos los respetos, es de risa. Y merecería todo un comentario de texto, y sobre todo un suspenso en redacción, rigor y documentación. El titular es el siguiente «Presentan en Almagro reedición de ‘El Galán de la Membrilla’ de Lope de Vega». ¿Cómo, cuándo, dónde? Se referirán a la reedición de la de 1962, porque la otra es una edición nueva de 2007. Pero, en cualquier caso, ¡ambas fueron presentadas ya en 2007! Sin contar con esa mayúscula absurda que le ponen a “galán”. ¿Creerán también que es un nombre propio?

El texto tampoco tiene desperdicio: entrecomillan unas declaraciones sin explicar quién las pronunció; califican de «responsables del proyecto» (¿qué proyecto, la reedición, la edición, la representación, la existencia?) a «la filóloga Isabel Villalta y el concejal de Cultura», y a este último le añaden el plus de ser «responsable e impulsor de la edición». ¿El que ha redactado esto sabe algo de El galán de la Membrilla y sus ediciones? ¿Sabe dónde está Membrilla? ¿Sabe lo que es una edición? Recordemos que estamos hablando de dos ediciones de 2007, una promovida por el Grupo Municipal Socialista de Membrilla, basada en el texto de una edición de 1896; y la otra, una edición facsímil de la edición crítica de la Real Academia Española de 1962, llevada a cabo por el Ayuntamiento de Membrilla, y en concreto por la corporación anterior, la que lo dirigió hasta 2007. ¿Saben en EFE algo de esto? ¿No es deber de una agencia informarse para informar? ¿O soltamos las cosas así, a las bravas, según las oímos en una rueda de prensa o en la calle o en un bar?

Pero hay más: en un alarde de documentación, nos dicen lo siguiente: «el propio concejal ha recordado que las últimas ediciones que se conocen datan de los años 1962 -firmada por Diego Marín y editada por la Universidad de Toronto- y 1896». Bien, recordamos que la responsable de la edición de 1962 es la RAE (por si no lo saben, Real Academia Española). Seguramente la confusión venga de que los estudiosos Diego Marín y Evelyn Rugg trabajaron para la Universidad de Toronto, y así aparece en la portada de la edición de la RAE, pero de ahí a que la Universidad de Toronto edite El galán de la Membrilla, media un trecho. Oímos ruido, y ya pensamos que llueve. No, hombre, hay que salir a la calle y mojarse para comprobarlo. Por cierto, que también me ha gustado el orden cronológico elegido para nombrar las ediciones: 1962 y después 1896. ¿Es que vamos para atrás? Podría haber citado después las ediciones del siglo XVII... Por si para otra vez eligieran un orden distinto, les recordaré que existen otras ediciones de 1899, 1955, 1964, 1981 y, claro, las dos de 2007. El trabajo de buscar dónde y cómo se editaron en esas fechas se lo dejo a ellos, para que se entretengan y vayan aprendiendo a documentarse. Y también les recomiendo que se lo lean, porque es una obra muy divertida, y por lo menos que echen unas risas. Como las que eché yo cuando leí la crónica.

Por si no fuera poco, la nota de EFE repite que «el Ayuntamiento de Membrilla ha impulsado la doble reedición de este texto». Ya sobran comentarios, explicado está. También se advierte que una de las ediciones (la de Ediciones C&G y el PSOE), ofrece el texto «actualizado», pero no se dice por quién ni cuándo. Bien, les recordamos que fue “actualizado” en 1896, hace más de un siglo, pero no por expertos sino por un grupo de aficionados que, de cualquier manera, lo prepararon para adecuarlo a su representación. De verdad, si quieren más información, que vayan a Membrilla.com  o que visiten las bibliotecas. Recordemos que periódicos pretendidamente serios han seguido esta disparatada nota, con lo que contribuyen a difundir una imagen distorsionada de Membrilla y de su obra literaria emblema.

Tampoco la nota del Ayuntamiento queda exenta de algún errorcillo. Se dice literalmente que las dos últimas ediciones han sido «promovidas por el Ayuntamiento», sin especificar la exacta procedencia de cada una. Y se sitúa el argumento de la obra en el acontecimiento histórico de «la conquista de Murcia por los cristianos», cuando en realidad está situada en el contexto de la conquista de Granada, posterior a la conquista de Murcia, que por ello se cita en el texto. Nada que reprochar si consideramos a los profesionales de EFE.

Pero la que se lleva la palma es la nota emitida por el Ayuntamiento de Almagro, a través de su página web oficial.   Tenemos que suponer que se trata de una nota humorística, porque tanta barbaridad junta no da lugar a entender otra cosa. Titulan así: «La obra El Galán de la Membrilla de Lope de Vega se reedita». Empezando por el mismo error ortográfico de colocar una mayúscula a “galán” (repetimos que no es un nombre propio, que vean obras del Siglo de Oro, que las tienen muy cerca, y comprenderán lo que es un galán), entienden que el acto sirvió para presentar la reedición de una obra, cuando no era así. En el texto, se olvidan del artículo “la” al citar el nombre de la obra, y fijan la distancia entre Membrilla y Almagro en unos «escasos 20 kilómetros». Pues yo no sé por qué carretera o camino se meten, pero yo cuento 36,5 kilómetros desde que salgo de mi casa hasta que llego a Almagro. Cerquita, pero casi el doble.

Y lo mejor viene al final de la nota. Este párrafo último es delicioso: «es con este motivo el Ayuntamiento de Membrilla junto con el Ayuntamiento de Manzanares, promovió la reedición de esta obra ya que desde 1986 no se encontraba disponible ninguna edición». Como se puede comprobar, ni idea de lo que están hablando. La primera frase es incomprensible, la falta de concordancia gramatical no se debe a un error mío de transcripción, sino a un fallo del original, pero un fallo que sería difícilmente subsanable. Y lo más grave, ¿qué tiene que ver aquí el Ayuntamiento de Manzanares? ¿Tanto hace por los membrillatos que tienen que mencionarlo incluso cuando no viene a cuento? ¿No se sentirán aludidos y agraviados y habrá encima que indemnizarlos? A todo llegaremos.¿Y eso de que “no se encontraba disponible ninguna edición” desde 1986 qué quiere decir? ¿Que en 1986 se agotaron todos los ejemplares? ¿Quién compró el último? ¿O que había una edición de ese año? Ha habido ediciones en el último siglo (1955, 1962, 1964, 1981 y 2007), pero precisamente en ese año ninguna. Lo consideraremos un baile de números, o una información simplemente dada a voleo. Y siguen: «Esta renovada edición, cuenta con una adaptación del castellano antiguo lo que facilita su lectura y comprensión». ¿A cuál se refiere, por Dios Santo? ¿A la ficticia de 1986, o a alguna de verdad? ¿A la de 2007? ¿A cuál de las dos de 2007? Suponemos que a la del PSOE, porque habla de adaptación y, como sabemos, la de la RAE conserva el texto original. Entendemos más o menos lo que quiere decir, aunque falten comas en su redacción, que por cierto sí es un signo que “facilita la lectura y comprensión” de los textos, pero llegamos a la conclusión de que quien redactó esta nota no había entendido realmente el tema del que trataba. Otra recomendación de la lectura de El galán de la Membrilla para él o ella, que seguro le aprovecha.

Hay que ver lo que hay que leer. Para una vez que Membrilla sale en los periódicos, y que sea a costa de que la confusión se difunda entre los lectores. ¿Quién, aunque esté interesado en la materia, se habrá enterado de algo después de leer las noticias de la prensa? Por suerte, ahí estuvo Membrilla.com para poner un poco de luz en la sombra, aunque me temo que la difusión de esta revista digital es algo menor que la de los periódicos provinciales o regionales. ¿Qué haremos entonces, señores periodistas de agencia? En la próxima rueda de prensa, si nos cuentan que existe el manuscrito original de El galán de la Membrilla, y que está depositado en el Museo Británico de Londres, ¿diremos que un concejal de Membrilla se ha desplazado hasta la capital británica para firmarlo? ¿O que alguien del Ayuntamiento de Manzanares lo descubrió? ¿O que alguien de La Solana se lo trajo a Membrilla y gritó: ¡Mira lo que tengo, galán!?

Por favor, un poco de rigor. Honestidad y rigor. Información no es desinformación. Ni siquiera cuando es información local y creamos que no le importa a nadie. Por lo menos en Membrilla sí nos importa.

 

Portada de la edición de la RAE, de 1962

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