Desde luego, bastante tenemos en algunos sitios con la mala publicidad que nos van dando por ahí, para encima ir nosotros a darla peor. Y bastante tenemos con el desconocimiento de nuestras propias tradiciones, que lleva a que no identifiquemos ni siquiera al santo que adorna una hornacina de la ermita, o el topónimo antiguo de nuestro pueblo, o que no reconozcamos siquiera nuestros pocos monumentos o nuestra tradición oral.
Pues resulta que el otro día tengo conocimiento de la existencia de una revista electrónica, editada por el Área de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, de la Universidad de Alcalá, que viene publicándose en internet ya tres años y que se llama Culturas populares. En ella aparecen estudios de carácter etnológico, más o menos serios y fiables, de diferentes países y culturas del mundo. Y yo me entero porque en uno de los números de 2008 apareció un artículo titulado "Literatura oral de Manzanares (Ciudad Real)", firmado por Rafaela Martín Nieves. En este artículo, la autora explica que ha tomado un joven informante (cuyo nombre obviaré por vergüenza o por cortesía), para hacer un estudio de costumbres, mitos, leyendas y ritos varios de ese pueblo.
Lo volvieron a fabricar, y le cambiaron el nombre, y le pusieron Membrilla
Al cuestionario responde este joven de Alcalá, que ha vivido en Manzanares, y que en algún momento llega a decir que sus padres son de Membrilla. El cuestionario está compuesto en su mayor parte por elementos relativos a Manzanares. Pero algunas cosas tocan a Membrilla. Y el informante responde con soltura a todo lo que tiene que ver con Membrilla. Y lo hace con lindezas que, ni siquiera como chiste, tienen gracia. Por ejemplo, dice de Membrilla "que se llamaba Marmaria, antiguamente[...] Y creo que el nombre procede de que, como el pueblo se inundaba cada dos por tres, porque estaba en un hoyo, siempre estaba inundado. Y, al final, con una inundación, lo destrozó completamente el pueblo, lo volvieron a fabricar, y le cambiaron el nombre, y le pusieron Membrilla, y ese sí que tiene sentido por los membrillos, porque membrillos sí que hay –me refiero al árbol–. Y también había chistes con eso, porque el membrillo se considera que es un fruto tonto, igual que el melón". Anda ahí, el tío. Conque resulta que el pueblo "lo volvieron a fabricar". ¿Qué hicieron, montar una fábrica de hacer pueblos en Manzanares y lo soltaron aquí en medio del hoyo? Válgame Dios.
Se casa la Virgen del Espino con Santiago
Pero hay más. El informante conoce las costumbres locales tan bien como el origen del pueblo. Dice, y dice bien, que su patrón es Santiago Matamoros, al que califica, hiperbólicamente, de "héroe nacional de allí del pueblo". Claro, héroe nacional de la nación de Membrilla. Ya somos más que Cataluña, una auténtica nación, con su héroe y todo. Pero lo más gordo es cuando casa a Santiago en agosto, y nada menos que con la Virgen: "En Membrilla lo que se celebran son los desposorios, que se casa la Virgen del Espino con Santiago, este mes que viene, para el día dieciocho. La verdad que es original la celebración, porque el pueblo es muy pequeño, no tiene nada, pero el día dieciocho de agosto empiezan las fiestas. Y lo que se hace es que –Santiago está en la iglesia, la Virgen del Espino en la ermita– entonces, esos días de fiesta, se juntan en procesiones. Se tienen juntos en la iglesia a los dos, y están esos cuatro días casados. Y entonces, cuando ya terminan las fiestas, se baja cada uno en un sitio, y en mitad del camino se cruzan, se dan un beso, se desposan, y cada uno a su casa otra vez hasta el año que viene". Anda, qué pintoresco y qué hermoso todo. Qué ricura de niño, cómo se entera de todo lo que le cuentan los mayores. ¿Éste sabe qué significa la Virgen en la cultura cristiana? ¿Sabe el lío que podría armar el hecho de que la Virgen y Santiago se casaran, aunque fuera en secreto, en este pueblo tan pequeño, sin la aprobación de san José ni del Vaticano? Dice que "el pueblo es muy pequeño, no tiene nada"; pues ahora sí tenemos algo: un soplagaitas que se inventa tradiciones insensatas que, si pensara con un poco de sentido común, se daría cuenta de que no tienen razón de ser. Más valía no tener nada.
La capital del melón o el pueblo de las zanahorias
Hay más aún. Atribuye a la Virgen del Espino la facultad de curar la parálisis. Dice que cuando los de Manzanares o Valdepeñas iban a Membrilla, "toda la gente los recibía a pedradas". Y pone a los habitantes de Membrilla y La Solana a caer de un burro. A saber: "Los de la Solana, que son unos burros, unos tontos, que son muy bastos", "A los de Membrilla les decían también que eran muy bastos y muy burros porque todos viven del campo, y les llaman la capital del melón o el pueblo de las zanahorias. Todo con un aire muy despectivo. Se ríen de ellos por los acentos, la forma de hablar. Se considera que son incultos, muy ignorantes". Apañados estamos. Con esta recopilación tan fidedigna de leyendas populares sobre Membrilla, para qué queremos ningún estudio etnográfico. ¿Quién es aquí el inculto, quién el ignorante? ¿Son tontos y burros en La Solana y Membrilla, o los tontos y burros vienen de fuera?
Lo demás tampoco tiene desperdicio, cuando habla de leyendas de Manzanares y sus habitantes. Ay, qué esfuerzo de difusión cultural, qué garantía de la pervivencia de nuestras tradiciones más hondas, más queridas, más olvidadas. Lo peor es que este supuesto estudio está inserto en una publicación que parece seria, y que la gente consultará para informarse. Lástima les tengo. Esto desprestigia todo estudio serio y toda publicación decente. ¿Quién ha visto disparate mayor al de que la Virgen se despose con Santiago? Anda que no tiene bastante ya el Matamoros, para que encima le carguen ahora un casamiento.