Uno de los efectos secundarios más terribles de esta pandemia es la deshumanización de los enfermos y fallecidos, convertidos en cifras frías que jamás llegarán a coincidir con la realidad debido a un hecho categórico: sólo se contabilizan oficialmente los afectados que han dado positivo en un test. Por lo tanto, las estadísticas oficiales no recogen los miles de casos de enfermos de coronavirus que nunca han sido confirmados por test ni los centenares de fallecidos por Covid a los que nunca se les realizó ningún test. Recordemos que también se prohibieron las autopsias en marzo.
El loable trabajo del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha recopilando la información de enterramientos e incorporando las causas de Covid o sospechoso de Covid (sospecha racional compatible con COVID por afecciones de tipo pulmonar) nos acercan bastante a las cifras reales de muertes causadas por el virus en nuestra región, pero no se encuentra reflejado en los números oficiales del Ministerio de Sanidad ni de la Consejería regional.
Las últimas informaciones del TSJCLM se refieren al mes de abril: 2.674 licencias de enterramiento otorgadas en Castilla-La Mancha por causa Covid (1.596) o sospecha de Covid (1.078). Entre el 1 y el 30 de abril, el Ministerio de Sanidad y la Consejería informaban de 775 fallecidos por Covid.
Sumando marzo y abril, se otorgaron 4.627 licencias de enterramiento en la región por Covid (1.953) o sospecha de Covid (2.674). Los datos de la consejería, del 1 de marzo al 30 de abril, consignaban 2.463 fallecidos.
Números.
El uso de los muertos como cifras nos debería pesar a todos en la conciencia cuando acabe esta crisis…
El uso y el abuso de las cifras para justificar, ocultar, argumentar, tergiversar, manipular, según la conveniencia política del momento debería asquearnos como ciudadanos y como personas. Deberíamos mirar un poco menos las consignas escupidas cada segundo en las redes sociales. Deberíamos priorizar nuestro lado humano. Qué pensamos en realidad. Cada uno. Cambiar lemas por sentimientos. No somos “grupis” de una banda de música, ni seguidores fanáticos de un equipo de fútbol. En nuestra militancia y simpatía política debemos ser justos, honestos y responsables. Y muy exigentes. Con todos. También con nosotros.
Pero aquí estamos, acabando mayo, lanzándonos a la cara números y banderas…
Saber que las cifras oficiales ocultaban o edulcoraban una realidad más tremenda e infinitamente más dolorosa desde el primer día de pandemia ya producía hartazgo por las estadísticas que salpican los medios.
Pero surgen más números:
Castilla-La Mancha cerraba la semana pasada (24 mayo) con 2.940 muertes de enfermos de coronavirus contrastados por un test.
Castilla-La Mancha abría esta semana (25 de mayo) con 2.788 muertes por coronavirus. 152 muertos habían desaparecido de las estadísticas en 24 horas.
Los muertos, -los “oficiales”-, aparecen y desaparecen como lo que tristemente son en estos días: números sin alma, sin historia, sin vida. La noticia nos desconcierta. Alguna explicación habrá, sensata o no, veraz o no. Justa o no. Pero no es lo más grave de la situación:
Los muertos sin test oficial ni siquiera aparecen…
Sí; qué hartazgo de estadísticas. Qué doloroso hartazgo.