Tal como dice su hija, Beatriz Jiménez, después de 60 días de cuidados intensivos, 32 días de cuidados en coma, 92 días de muchos cuidados, apoyo y amor… Cosme Jiménez Villahermosa abandonó el lunes, 22 de junio, el hospital Quirónsalud de Ciudad Real, donde ingresó el lunes, 23 de marzo, entrando en la UCI durante la madrugada del martes al miércoles.
Cosme es uno de mis mejores amigos y no conozco un caso de resistencia como el suyo; sin duda, se han dado más casos de pacientes del covid-19 que han superado la enfermedad después de infinidad de días ingresados. No se trata de entrar en competencia, esto no es una carrera como ha manifestado el ministro de Sanidad, Salvador Illa. Hay innumerables ejemplos de actuaciones heroicas de profesionales y de hospitales durante esta pandemia, pero el desarrollo de la evolución del “combate” de carácter sanitario que se ha librado con nuestro amigo Cosme, nos ha impactado a todos quienes lo conocemos. La actuación de los profesionales sanitarios ha sido una demostración de esfuerzo, voluntad y profesionalidad que constituye una demostración de lo mejor que representa el género humano, algo que ha sido generalizado en todos los espacios de la sanidad de nuestro país.
En el caso de Cosme, la ciencia también ha salido triunfante, cuánto tenemos que agradecer a los avances científicos, a las inversiones de I+D+I, quienes hemos podido recibir la información diaria que nos trasladaba su hijo Antonio. Qué precisión de su estado, de las dificultades, sobre las mejoras, avances, aspectos inmunológicos, infecciones, temporalización… Unos profesionales sanitarios impecables con el seguimiento, el control permanente de su estado y las previsiones para el futuro, de un modo constante y no dando nada por perdido, con el aval científico al máximo nivel y con el eficiente y decisivo apoyo farmacológico. Para descubrirse ante semejantes profesionales, por su nivel técnico y la irreductible tenacidad para que el paciente superara todos los obstáculos, por todos los miembros del equipo desde el más elemental trabajo hasta la responsabilidad de la dirección del equipo.
Cuando digo “nuestro” es porque Cosme pertenece a mucha gente que lo conoce, sería injusto mencionarlo para una persona en particular. Maestro de profesión ha dejado la huella en la inmensa mayoría de los alumnos que han pasado por su docencia. Estoy convencido de que muchos de ellos están disfrutando con la alegría de ver cómo su maestro se ha salvado. Como persona coherente que es y que solo se ha dedicado a trabajar por los demás, buscando la esencia de la vida y que el razonamiento y los criterios guiaran la vida del alumno como persona y como ciudadano. Inconformista con la injusticia, con la desigualdad, crítico y valiente en la defensa de sus posiciones, pero respetuoso en las formas y modos democráticos, donde la templanza y la calidad de su palabra termina por proyectar las ideas por las que apuesta.
Amigo de sus amigos, con una fidelidad, lealtad y generosidad sin límites que le es propio. Lo digo por experiencia de hace más de 50 años. Afortunadamente estas manifestaciones son para un querido amigo que ha vuelto a la vida, Cosme no se ha marchado, sigue con nosotros y podremos seguir disfrutando con él y aprendiendo de su forma de ser, tanto en los acuerdos como en las discrepancias. Que triste hubiera sido haber escrito estas palabras solo para el cielo. Con mi otro querido amigo, Antonio Arroyo, “su hermano Antonio” sin la presencia de Cosme, hubiéramos tenido un vacío permanente al reunirnos y ante una irreparable pérdida. Gracias a la sanidad y la ciencia no ha sido así, pero también gracias a la voluntad y al deseo de superación de nuestro amigo.
Es un gran militante de la cultura, en el sentido de participar de ella, pero también como creador en temas como la pintura, la composición escrita, escritura de libros, poesía... Es conocido en todos los ambientes culturales de Ciudad Real y guarda una estrecha relación con infinidad de amigas y amigos en este ámbito.
La familia, sus amigos y conocidos han dado una demostración de esfuerzo, voluntad, solidaridad y unidad fuera duda, digna de elogio. Han logrado concitar, unir y sumar ingentes cantidades de energía, algo que no ha dejado indiferente a Cosme. Siempre ha mantenido la dignidad bien acompañado de todo el equipo sanitario, algo que se ha mantenido hasta el momento de la salida, donde una demostración cultural musical le dio la bienvenida en su salida al mundo y que al ver el vídeo es difícil no emocionarse.
Querido amigo Cosme, no hemos dejado de esperarte, te necesitamos para seguir construyendo el mundo, ese en el que no dejamos de creer desde la adolescencia y por el que no te rendiste…
Resti Contreras Jiménez.