El 20 de agosto de 1939, hace hoy 75 años, llegó a Membrilla una nueva imagen de Nuestra Señora del Espino. Los grupos anarquistas de la población habían destruido la anterior en los aciagos días de agosto de 1936 previos a la Guerra Civil y, una vez finalizada la contienda, la recuperación de la vida religiosa de la localidad impone la adquisición de una nueva talla de la patrona, centro de la devoción popular de Membrilla.
El origen del culto a Nuestra Señora del Espino se perdía en la historia del cristianismo local, con unas primeras referencias a una imagen de Santa María del Castillo como talla gótica de bulto, en piedra policromada, acompañada por el Niño.
Pero la moda barroca de imágenes marianas de vestir, compuestas de rostro y manos montados sobre armazones de madera que las hacían menos pesadas para procesionar, también llegó a Membrilla. Se desconoce la fecha, aunque las imágenes más antiguas disponibles nos retratan el modelo más común del siglo XVII: sobre las faldas, brazaletes... se disponen amplios mantos que dan a la imagen una silueta piramidal. Y así, bajo la histórica advocación del Espino, la nueva imagen de la patrona de Membrilla recorrió las calles de la localidad en sus populares Desposorios durante dos siglos, hasta su citada destrucción.
Tras la contienda, se intenta recuperar la vida religiosa de la localidad. Se pone en funcionamiento la Parroquia, se restauran en la medida de lo posible templos y ermitas y se reorganizan hermandades y cofradías, entre ellas la Cofradía de la Patrona. Y en este punto, tras la reconstrucción de su ermita , se impone la adquisición de una nueva imagen de la Virgen del Espino.
En un acuerdo tomado por la Junta de la Cofradía de la Virgen el 15 de junio de 1939, -acta que nos rescata Pedro Almarcha en su libro “Nuestra Señora del Espino. Patrona de Membrilla”-, se hace constar el ofrecimiento del sacerdote natural de Membrilla Blas Romero Cano de una “… nueva imagen que él había gestionado, con un escultor de Madrid, toda vez que la imagen antigua había sido incendiada.”
La talla se adquirió al citado escultor madrileño por 3.500 pesetas y llegó a nuestra población el 20 de agosto de 1939.
Tras tres años sin celebrar su fiesta de Desposorios, la nueva imagen de la Virgen del Espino desfiló por las calles de Membrilla ese mismo año, acompañada de “cornetas, tambores, banderas, filas marciales de mozos de uniforme, graciosas filas de Falange femenina precediendo a la vieja guardia de alabarderos.” Las fiesta se desarrollaron del 8 al 11 de septiembre, y la nueva imagen tuvo un protagonismo especial, ya que vivió una segunda procesión en la mañana del día 11 “recorriendo las calles Cecilia Maseres, San Miguel, Nueva, San León, Plaza de Santa Catalina y Mártires, hasta la Plaza del Generalísimo, internándose después en la iglesia parroquial de esta localidad. Este recorrido lo hace excepcionalmente por los sucesos ocurridos.”
La nueva talla se fue complementando en los años sucesivos con mantos y enseres, pero su aspecto, comparado con la belleza de la talla barroca destruida en el 36, no acabó de gustar a los vecinos que le pusieron el sobrenombre popular de “La Pepona”.
La Junta de la Cofradía, un día después de finalizar los Desposorios de 1944, acordó cambiar la imagen, considerando que “la actual talla no inspiraba devoción, ni esos sentimientos propios que exige o pide la piedad”.
La nueva imagen de Nuestra Señora del Espino, la actual, llegaría a Membrilla en agosto de 1945. La talla de 1939, la impopular “Pepona”, se guardó en el Convento y fue rápidamente olvidada.- Fdez. Megías.