Recordando a Fernando Argenta

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Seguro que durante estos días muchos de ustedes han entrado en alguna página que los ha ilustrado sobre la vida profesional del tristemente desaparecido Fernando Argenta. Periódicos o noticias televisivas nos han mostrado como introdujo en nuestros hogares la música clásica a través de ese magnífico programa que fue Clásicos Populares, o como tuvo la idea de inculcar a los más jóvenes la misma música durante tantos y tantos Conciertazos en TV2. Muchos también lo recordarán por formar parte del grupo Miki y los Tony o por ser hijo del gran director de orquesta Ataulfo Argenta.

Pero desde mis propias vivencias, yo prefiero recordar al Fernando cercano, mas íntimo, y como no, también al profesional

Conocí a Fernando algunos años atrás en La Solana. Fue durante la Semana de la Zarzuela, a la que había sido invitado para realizar un encuentro musical en familia en la Plaza de Toros. En la orquesta, además de solaneros, había algunos membrillatos (Jesús Manuel, Gustavo y yo). Llegó tarde por un problema del coche, lo saludé y lejos de felicitarle por sus programas, le dije: "Es un honor saludar al hijo del director que más admiraba mi padre".

Mis palabras le sorprendieron, "eso me lo tienes que explicar" me dijo. Y a pesar del ajetreo y las prisas del momento, tuve que contarle alguna anécdota como que mi padre estaba de espectador en el teatro de la Zarzuela en Madrid el día de la muerte del suyo y que Odón Alonso, que dirigía la orquesta, comunicó el fallecimiento al público y suspendió el concierto. También le dije que el primer LP de Zarzuela que yo escuché siendo muy niño lo dirigía su padre y que me acordaba de la fotografía que venía en el disco.

Durante la actuación en La Solana todos comprobamos su capacidad de improvisación ante un evento que no estaba organizado como él pensaba. Se metió al público en el bolsillo, dirigió la orquesta, bromeó con su director y pudimos comprobar el buen hacer de un gran profesional.

¡Quién iba a decirme que al cabo de pocos años lo tendríamos en Membrilla inaugurando la Escuela de Música! Y así fue. El edificio había sido remodelado y la concejala de cultura (Toñi) pensó en traer a alguien relacionado con la música para inaugurarla.

Nosotros podíamos invitar a algún músico de renombre en el ámbito sinfónico con los que tenemos relación, pero ¿Quién lo conocería? Solo unos cuantos músicos. Se lo comenté a nuestro querido paisano Paco Menchén y dijo: "Quien mejor que mi amigo Fernando Argenta". Fernando, además de tener estudios superiores de música, era Licenciado en Derecho y fue compañero de universidad de Paco y de ahí su gran amistad.

En pocos días nos puso en contacto para fijar la fecha; le recordé nuestro encuentro en La Solana y dijo: "Siendo familia de Paco y con lo que me cuentas ya tengo dos amigos en Membrilla". Tenía orden del Ayuntamiento de preguntarle cuanto cobraría y tímidamente le pregunté por su caché. Me contestó que ya estaba pagado con la amistad de Paco y con los chorizos que se comió en su casa traídos de Membrilla durante su época de estudiante. Ahí me di cuenta de la categoría y el talante de Fernando.

Más en serio me comentó que si le dejaba un grupo de músicos y un escenario nos improvisaría un conciertazo. Esto era fenomenal, un sueño para Membrilla, pero lamentándolo mucho tuve que decirle que era imposible, pues nuestra Casa de Cultura había sido incendiada y estaba en obras. "Es igual, -me respondió-, ya que voy tengo que hacer algo; necesito dos altavoces, un micrófono, un equipo de música, alguien que lo maneje, una tuba, alguien que la toque y 2 boquillas". "No hay problema, -le respondí-, la tuba está en casa y la toca mi hijo.

 Recordando a Fernando Argenta  Recordando a Fernando Argenta

 

Y así fue, de nuevo demostró su capacidad para improvisar y tras la inauguración de la escuela nos trasladamos al centro social donde Toñi, su encantadora esposa, abrió el maletero de su coche y bajó toda clase de trajes y disfraces relacionados con los temas que escucharíamos mas tarde. Tan sólo bastaron diez minutos para que Abel tomara nota de las indicaciones de Fernando sobre la música y los cds que debía poner.

Disfrutaron grandes y pequeños, se disfrazaron padres de niños, niños de padres, sonó la tuba tocada por Rafael y por los voluntarios más pequeños, finalizando con el tan popular cancán bailado por unas alegres cabareteras....¡algo inolvidable!

Minutos antes, el entonces alcalde Antonio Arroyo lo "comprometió" a celebrar un conciertazo una vez reconstruida la casa de cultura. Él accedió, siempre que no hubiera fecha fija ya que sus numerosos compromisos así lo exigían.

Durante la comida en los Desmontes compartimos anécdotas, reflexiones, curiosidades y nunca olvidaré el consejo para los que sin ser profesionales nos atrevemos a empuñar la batuta de vez en cuando; humildemente él se incluía entre ellos.

Al poco tiempo fue invitado como ponente por el grupo "Tertulia XV" de Manzanares. Yo también asistí al acto, y mientras nos enseñaban la bodega, Toñi, su esposa, me reveló el final del conciertazo : quedaban por emitir solo 2 ó 3 programas. Durante la tertulia, se habló, como no podía ser de otra manera, de música, de TVE, de Radio Nacional y de diversos entresijos relacionados con los programas que él había dirigido.

Pasado un tiempo, nuestra Casa de Cultura ya estaba terminada, pero la encontrábamos pequeña para un evento de esa magnitud. Cierto día me sonó el teléfono, era Fernando recordándome que nos "debía" un conciertazo. Su amigo Paco lo tenía informado de la finalización del pabellón de usos múltiples. Ya teníamos un espacio de grandes dimensiones.

Hablamos, estudiamos, modificamos fechas y finalmente el 18 de mayo de 2012 podría hacerse. Me mandó el programa para estudiar las partituras, se prepararon y por fin llegó el gran día.

 Recordando a Fernando Argenta

Mientras tomábamos café comentó cuatro detalles con el director, Gustavo, y su inseparable Toñi pidió una serie de chicos y chicas para los disfraces y algunas madres para ayudarle a vestirlos. No hubo ensayos previos, todo fue en directo e improvisado, pero con Fernando en el escenario con el micrófono en mano y los músicos detrás, no hacía falta nada más. Disfrutó e hizo disfrutar. Todo salió perfecto. Asistieron al concierto -además de membrillatos- mayores y niños venidos de Manzanares, Valdepeñas, Daimiel, Ciudad Real, La Solana y alguien desde más lejos que pasaba por aquí y se enteró.

Su esposa dice que era más bien tímido, pero que la música lo transformaba. Y es cierto, pues aquel día fue capaz de subir al escenario a todo un Magistrado del Tribunal Supremo junto a sus nietos, pero esta persona no era otra que su amigo Paco, quien sirvió de enlace para que Membrilla recibiera en dos ocasiones a esta gran persona.

Desde pequeño siempre admiré a Ataulfo Argenta porque mi padre lo adoraba, pero nunca imaginé que con el tiempo conocería a su hijo, por el que sentía una gran admiración y que durante décadas escuché de 3 a 4 en Radio Clásica junto a su compañera Araceli González Campa.

Desde aquí, y en nombre de toda la familia musical de Membrilla, mandamos nuestras condolencias y un fuerte abrazo a su esposa Toñi y a su hijo "Ata", con la seguridad de que a Fernando siempre lo acompañará la música.- Emilio Cano.

 Recordando a Fernando Argenta

 

 

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