Quizá sin pretenderlo, el nacimiento de Membrilla.com, hace hoy un lustro, coincidió con el 25 de diciembre, fecha clave en la historia de la humanidad desde sus orígenes por converger en ella muchas de las más importantes celebraciones religiosas y paganas, todas con un único elemento común: el renacer del Sol, de la Vida.
No cabe duda de que la celebración original, anclada en épocas de cavernas, derivaba del terror ancestral a la oscuridad, a lo desconocido. Al frío y la incertidumbre de las largas noches de invierno que justo en este solsticio, en torno al 25 de diciembre, comenzaban a acortarse al tiempo que los días se hacían más largos. Volvía la luz; y este evento era festejado por todas las culturas con fiestas tan diversas como pueblos poblaban la tierra. Era el nacimiento del Sol. Y este fenómeno astrológico se interiorizaba transformándose en un verdadero periodo de renovación y renacimiento personal a la nueva vida que se intuía tras el invierno.
Encontramos estas celebraciones míticas en los pueblos orientales, en nuestros antepasados europeos; indios védicos, celtas, griegos, egipcios, romanos... Del nacimiento de Mitra el 25 de diciembre, a la epifanía del Osiris egipcio y Dionisos en Grecia; de las Saturnalias romanas a la fiesta del Sol Invictus, gran fiesta del nacimiento del Sol Invencible el 25 de diciembre, día en que los fieles se dirigían a un santuario de donde sacaban una divinidad del Sol representado como un niño recién nacido; fiesta que con los años y tras Constantino se fundiría (qué mejor momento, tan alegórico, para fijarlo en el calendario) con la cristiana celebración del nacimiento de otra Luz fundamental en la historia de la humanidad: la de Jesús, en Belén de Judea.
Con todo este preámbulo, pretendo explicar a grandes rasgos que hoy no quiero celebrar el cumpleaños de Membrilla.com simplemente como una suma de tiempo, de sus cinco años de permanencia en la red, llenos de agradecimientos sentidos y sinceros, que son muchos y alcanzan a muchas personas. En esta fecha especial, quiero volver a los orígenes, a aquel 25 de diciembre de 2008, que tanta simbología arrastra hoy, después de un año de invierno, de noche, de oscuridad.
Es 25 de diciembre y todos celebramos la promesa del retorno del Sol. Cada uno a nuestra manera y desde nuestras propias percepciones y sentimientos. Los cristianos desde la alegría renovada de la Navidad, del nacimiento de la Luz del Mundo hecha carne en un pequeño niño acostado en un pesebre. Otros desde la perspectiva de sus propias creencias religiosas. Incluso fuera de Dios, del que sea, hay Navidad en el mismo sentimiento ancestral del fin del invierno, del renacer a la vida y a la luz.
Eso es lo que esperamos y lo que pedimos desde Membrilla.com: luz y vida. Porque "el Sol siempre vuelve a salir; el Sol volverá. Eso es lo que significa la Navidad."
- FM