Escuchar a un sabio siempre es provechoso. Cuando además los conocimientos del sabio vienen no sólo de sus habilidades profesionales sino de unas intensas vivencias, el mensaje es más provechoso aún. Federico Mayor Zaragoza es un intelectual de referencia, pero sobre todo es un sabio con entusiasmo por transmitir mensajes positivos. Visitó Manzanares el pasado viernes 19 de abril, invitado por la Escuela de Ciudadanos, y en el castillo de Pilas Bonas disertó durante más de una hora sobre Conciencia global, Ciudadanía mundial, sobre la difícil tarea de mantener un mundo en paz; sobre nuestra responsabilidad cotidiana en la tarea.
Román Orozco lo presentó contando cómo lo conoció, cuando fue a entrevistar a Granada en el año 70 al joven rector, catedrático de Bioquímica, que ya empezaba a ser conocido por sus planteamientos sobre la mundialización y el desarrollo tecnológico. Mayor Zaragoza, que más tarde fue ministro y, durante 12 años, director general de la Unesco, sabe de lo que habla cuando habla de los peligros de una economía globalizada y sin conciencia. En su discurso hay un resumen de la Historia tal y como la hemos vivido durante siglos: la paz nunca existió, sólo hubo guerras, sólo hubo periodos de calma después de una guerra mientras se preparaba la siguiente. Es el resultado de un mundo organizado durante siglos de forma patriarcal, con lo peor de la fuerza masculina dirigiendo los designios de los pueblos. Un mundo que hasta hace apenas unas décadas, según el profesor Mayor Zaragoza, ha sido muy reducido para los ciudadanos, pues nuestras vidas se circunscribían a unos pocos kilómetros cuadrados. Hoy, en un mundo del conocimiento, según él, no hay ya razones para vivir en el miedo, y podemos por fin aspirar a un mundo en paz trabajado día a día por los ciudadanos.
El discurso del profesor Mayor Zaragoza está cargado de entusiasmo. Él se define como alguien esperanzado, más que optimista. Desde la Fundación Cultura de Paz, de la que es director, trabajan para que se cumpla la Declaración Universal de los Derechos Humanos, nacida del horror posterior a la segunda guerra mundial. Piensa que asistimos a una época donde se puede estar perdiendo un modelo de bienestar, pero es una época donde por fin la diplomacia es la principal arma ante los conflictos. Y por eso debemos perseverar en el mensaje, en el compromiso diario. Y de verdad que su mensaje transmite entusiasmo, transmite confianza en la fuerza que cada uno tenemos para defender la palabra.
Mayor Zaragoza aclara que es no sólo una posibilidad, es una responsabilidad para los intelectuales, para los artistas, para los educadores, transmitir este mensaje: la palabra antes que la fuerza. Por eso explica que los educadores son una columna fundamental de la sociedad, que deben ser escuchados y respetados. Habló de la importancia de saber escuchar al que sabe, contando una anécdota que le ocurrió en Burkina-Faso, donde una maestra le indicó que allí no debían ir los expertos internacionales a dar consejos sino a escuchar y aprender. A partir de ahí, quiso que la Unesco fuera la Unesco de la escucha. La palabra antes que la fuerza.
La conferencia del profesor Mayor Zaragoza fue la última de este curso en la Escuela de Ciudadanos de Manzanares. Cierra un curso por el que han desfilado grandes intelectuales y personajes relevantes de nuestra política y nuestra cultura: Iñaki Gabilondo, Magdalena Álvarez, Miguel Ángel Martínez, Willy Meyer y el Gran Wyoming. Todos ellos se suman a la nómina de personalidades que han participado en los cinco años que lleva funcionando la Escuela de Ciudadanos, convertida ya en un referente imprescindible de reflexión y participación ciudadana en nuestra región.