Un camino

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Echando la vista atrás al mes de octubre del año 2010, parece ya lejana la primera reunión que se celebró en San Mateo para organizar un grupo de voluntarios de Membrilla para la Jornada Mundial de la Juventud que se iba a celebrar en Madrid en agosto de 2011. En aquel momento, Raúl, nuestro párroco, sembró una semilla que no sabía si iba a nacer y crecer y si esa semilla iba a dar fruto abundante. Pero la semilla nació.

Esa semilla que fue sembrada con incertidumbre, fue regada con el agua de la confianza, de la esperanza en el futuro y de la fe.

Surgió un grupo de jóvenes membrillatos cuyo objetivo era la Jornada Mundial de la Juventud Madrid 2011. Este grupo que caminaba todavía lenta y pausadamente fue organizándose de tal forma, para que todo el pueblo de Membrilla, ajeno a este evento mundial, fuera tomando contacto con la JMJ y con los voluntarios.

Se comenzaron a pensar y buscar formas de financiación para el viaje a Madrid, algo que se hizo saber a la comunidad parroquial y en general, a todo el pueblo  que tuvo una extraordinaria participación la cual agradecemos de todo corazón.

A lo largo de este año nosotros también hemos trabajado, por ejemplo con la chocolatada en Nochevieja, colaborando con la barra de San Isidro, en la preparación de la alfombra del Corpus en la puerta de la Iglesia, con la cofradía de Nª Sª la Virgen del Espino y con la parroquia en aquellas cosas en las que ha necesitado nuestra colaboración.

Pero no todo ha sido buscar financiación para llegar a Madrid. Esto ha sido un camino, cuya meta, sí, era Madrid, pero necesitaba de una preparación espiritual. Esta preparación se llevó a cabo a través de los encuentros CELEBRO (Manzanares), CREO (C. Real) y VIVO (Daimiel) preparados por la Delegación Diocesana de Juventud; de la Marcha de Adviento en Villarrubia de los Ojos con la Cruz y el Icono de los Jóvenes, un día de convivencia en el Convento de Clarisas en Villarrubia de los Ojos y la abundantes catequesis-formaciones sobre aspectos prácticos y espirituales fundamentales para un peregrino de la JMJ.

También hemos tenido la oportunidad de organizar un encuentro diocesano: “YO JUEGO”, celebrado el 23 de julio, aquí, en Membrilla y que supuso el último encuentro antes de ir a Madrid.

Peregrinos de Membrilla en las JMJ

Este camino ha sido muy rico en experiencias de convivencia entre nosotros y que ha supuesto que estemos “edificados y arraigados en Cristo, firmes en la fe” . Un camino con sus luces y sombras, con mucho esfuerzo, trabajo, reuniones, preparación, llamadas; pero que al final, echando la vista atrás, ha merecido la pena.

Este camino no solo se queda en experiencias y recuerdos, sino que se ha hecho visible en la parroquia, en esa esquina al final de la Iglesia en la que hemos plasmado de forma resumida toda nuestra andadura y en el que hemos querido que toda Membrilla aportara su oración y su ánimo en el libro que allí había colocado. Gracias por habernos ayudado.

Y por fin llegó agosto.

A este camino solo le quedaba una parada antes de llegar a su meta, Madrid. Esta era la llegada de 61 peregrinos polacos que iban a participar de los DED (Días en las Diócesis). Estos peregrinos fueron recibidos el Jueves 11 de agosto a las 15:30 de la tarde por todos los voluntarios y las familias de acogida, que abrieron sus casas con la hospitalidad que caracteriza a este pueblo, para acoger a estos jóvenes.

Peregrinos de Membrilla en las JMJ

Su estancia en Membrilla estuvo muy marcada por la Virgen, ya que llegaron el día de su Bajada y se fueron el día 15, Asunción de la Virgen. En estos días compartimos con ellos casa, alegría, lenguas, bailes, canciones, y sobre todo, la fe. Fueron días intensos en los que fuimos a Viso del Marqués para celebrar el día arciprestal, días en los que conocieron la vida parroquial de Membrilla que se culminó con una comida preparada por las familias de acogida en el Pabellón del Espino y en los que conocieron juegos y bailes típicos españoles, a la vez que nosotros aprendimos algún que otro baile polaco. Estos días culminaron en el encuentro diocesano de Campo de Criptana el 14 de Agosto con una Eucaristía presidida por nuestro obispo D. Antonio y un festival de la Juventud.

Fueron pocos los días que estuvieron pero dejaron huella. Las despedidas nunca son buenas y esta no fue la excepción. Hubo regalos, llantos, abrazos efusivos entre españoles y polacos que encontraban su denominador común en la fe en Jesucristo.

Y ahora sí, llegó Madrid.

Peregrinos de Membrilla en las JMJA las 7:30 de la mañana del día 16 de Agosto llegó el autobús procedente de Valdepeñas que nos recogía para ir a Madrid. Allí estábamos 17 “peregrinos” esperando nerviosos, impacientes, alegres y felices para participar en un evento histórico y mundial.

En Madrid vivimos los primeros días asombrados pero alegres. Dormíamos en colegios con nuestro saco y esterilla y la ducha diaria era en el patio de ese colegio con nuestro bañador, agua fría y al lado de tus compañeros. Una experiencia única.

Recibimos una mochila del peregrino con todo lo necesario para esos días en Madrid (tickets de comida, billete de metro, catecismo joven, libro del peregrino para seguir las celebraciones, planos, guías de actos, un abanico y un gorro para soportar el calor).

Han sido días multitudinarios, en los que verte solo era difícil. Los días se componían, por la mañana de catequesis de obispos en una parroquia junto con la Eucaristía y por la tarde todo tipo de actividades esparcidas por todo Madrid.

Peregrinos de Membrilla en las JMJ

Con la llegada del Papa el jueves, la multitud crecía, y los actos centrales de la JMJ se aproximaban. Ese mismo jueves dimos la bienvenida al Papa en Cibeles cantándole “Esta es la Juventud del Papa”, frase que le conmovió y así lo manifestó en varias ocasiones.

El viernes llegó a Madrid otra parte del grupo de voluntarios de Membrilla que por razones laborales no había podido asistir toda la semana. Fue un momento de cambio de impresiones, anécdotas y experiencias entre los que estaban y los que llegaban.

La asistencia al impresionante Via Crucis fue un momento muy especial para todos. Pasos de la Semana Santa española congregados en Madrid para ver y ser vistos por el Papa. En este Via Crucis, con la Cruz de los jóvenes como guía se compartieron los dolores de la Pasión de Cristo con los del mundo entero.

Llegó el sábado y todo se comenzó a centrar en Cuatro Vientos. Casi dos millones de jóvenes se desplazaron hacia esa base militar para reunirse con el Papa en la impresionante Vigilia y ya el domingo en la Misa de Clausura.

Peregrinos de Membrilla en las JMJSorprende como la gente desde sus casas tiraba cubos de agua a la multitud de peregrinos que pasaba por las calles, para que pudieran soportar el calor y como los bomberos regaban a la multitud asentada en Cuatro Vientos.

Como dijo el titular de un periódico la mañana del domingo, la Vigilia se celebró “contra viento y marea”. Durante la Vigilia comenzó un fuerte viento y una lluvia intensa que provocó que la vigilia se acortase y fuera mucho más breve de lo previsto. Pero el agua no calmó los ánimos de los peregrinos, cuanto más llovía más cantábamos los peregrinos su fidelidad al Papa y  a la fe. “Esta es la Juventud del Papa” sonó con fuerza y vigor.

Pasada una noche especial con el canto de los venezolanos, los rezos, los bailes y la adoración en las impresionantes carpas de Adoración Eucarística, llegó el domingo.

“Buenos días Cuatro Vientos, se ha perdido una joven polaca de 83 años”. Así nos despertaron por los altavoces a toda la multitud allí reunida.
Comenzó la misa del Papa bajo un sol de justicia y un ambiente cansado pero alegre. Tras la misa, Benedicto XVI anunció la sede de la próxima JMJ: Río de Janeiro 2013 (Brasil).

Y como todo lo que empieza acaba, la JMJ también acabó. Volvimos al colegio donde dormimos y desde allí tomamos el autobús que nos trajo a Membrilla el domingo de Desposorios.

Peregrinos de Membrilla en las JMJ

Después de analizar y recordar todo lo vivido en Madrid te viene una sonrisa a la boca y una serie de recuerdos, muchísimas anécdotas y vivencia de la fe que te hacen pensar que ha merecido la pena dejar a un lado los Desposorios para ir a Madrid.

Damos gracias a Dios y a la Virgen del Espino que nos ha protegido en todo momento y nos ha concedido estar en un evento histórico de nuestra fe y de nuestra vida. Gracias.

Este camino no ha terminado, ahora queda lo más importante. Madrid era la meta y el principio de un nuevo camino cuyo objetivo somos nosotros. Un camino en el que somos “arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe”.



Peregrinos de la JMJ.

Peregrinos de Membrilla en las JMJ

Peregrinos de Membrilla en las JMJ

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