Al hablar de recortes en la educación existe la posibilidad de que los padres recurramos a frases tan manidas como “los profesores, que quieren trabajar menos y cobrar más”. Sería una manera irreflexiva, incluso peligrosa si hablamos de Educación, de intentar explicar o resumir una palabra (recortes) que de un tiempo a esta parte ha entrado de lleno en nuestro vocabulario, en nuestro día a día, sin darnos ocasión siquiera de permitirnos conocerla a fondo, de ser conscientes de las necesidades reales o de las consecuencias futuras. O presentes.
Si bien es cierto que hoy los tiempos demandan soluciones drásticas a situaciones complicadas o viciadas en los usos ( crisis, despilfarros pasados e incluso actuales, correcta y justa distribución de los recursos, propagandas, jubilaciones y sueldos millonarios, bajos niveles en la educación, fracaso escolar...), y que el común de los mortales está más que harto de demagogias políticas y partidistas, intentar aplicar en Educación las mismas reglas de juego que en otros sectores pone en peligro uno de los cimientos básicos de la sociedad misma. Suponemos que los padres estarán de acuerdo en conseguir un mejor nivel educativo, mejores resultados escolares en sus hijos incentivados por las administraciones competentes, una mayor optimización de los medios de los que se dispone, incluso más medios, pero ¿puede conseguirse una mejora de la educación eliminando recursos destinados a impartirla?
Cuando los profesores e interinos se han manifestado quizá pensamos que eso sólo les afectaba a ellos, a su situación laboral por el empeoramiento de sus condiciones laborales y económicas. En educación, hemos limitado la palabra “recortes” a un colectivo y a una camiseta, sin mirar más allá.
Pero ¿qué pasa cuándo las cosas nos afectan directamente a nosotros, repercutiendo incluso en nuestro bolsillo y, lo que es más grave, en la educación de NUESTROS hijos? ¿Somos conscientes de cómo afectarán los recortes en los colegios de nuestra localidad, NUESTROS colegios, el próximo curso?
Nuestros centros “recortados”
Comenzando por el tema económico, nuestros centros de infantil y primaria, el Colegio San José de Calasanz y el Colegio Virgen del Espino, sufrirán un recorte en su presupuesto, lo que deriva en menos dinero para adquirir materiales o recursos para realizar actividades con los niños.
Del mismo modo, se ha suprimido el Programa de Gratuidad de Materiales Curriculares para el 1er ciclo de Primaria, 1º y 2º curso, por lo que los padres tendrán que adquirirlo en las papelerías con el consiguiente desembolso económico.
El Programa de Gratuidad de Libros para segundo y tercer ciclo de Primaria se ha sustituido por un Programa de Reutilización en Régimen de Préstamo de Libros de Texto para 3º a 6º de Primaria. En base a este nuevo programa, los libros que han sido utilizados 4 y 3 cursos respectivamente, tendrán que utilizarse hasta 6 cursos, con el consiguiente deterioro en su estado. Para acceder al Programa, los padres deben solicitar su participación a través de Papás 2.0 y los libros de préstamo le serán o no adjudicados en función del nivel de renta familiar. En los dos colegios de la localidad, esta medida no se va a utilizar de momento en el próximo curso porque los centros cuentan con un remanente de libros del anterior programa de gratuidad suficientes para cubrir las necesidades de todo su alumnado.
Respecto a la calidad de la educación, se ha aumentado la ratio (número de alumnos) por aula, lo que vuelve a provocar la existencia de clases de más de 30 alumnos, lo que sumado a la reducción de plantilla empeora, como ya reconocen los equipos directivos, las condiciones materiales, organizativas y pedagógico-didácticas de los centros. La ratio para tres años se ha aumentado de 25 a 28. Los Alumnos con Necesidades Educativas Especiales (ACNEE) suponían una reducción de 2 en el cómputo, precisamente por esa mayor necesidad de atención que requieren, y ahora suponen una reducción de 1. Así, en Membrilla tendremos un alumnado total de tres años para el próximo curso de 53 + 2 ACNEE. Esto hubiera supuesto 3 líneas o clases que, sin embargo, ahora se han quedado en dos con 28 + 1 ACNEE en San José de Calasanz y 25 + 1 ACNEE en Virgen del Espino.
Ambos centros tendrán que enfrentarse a la supresión de la maestra de Apoyo a Infantil en un año complicado por el citado aumento de la ratio (más de 25 niños en general) en las clases de los alumnos de 3, 4 y 5 años prevista para el próximo curso.
Se ha suprimido el Servicio de Asistencia Técnica de Informática para los centros y para portátiles del profesorado (de hecho este servicio ya estaba suprimido desde diciembre del 2011), con el problema de que las copias-imágenes de los sistemas operativos lo tiene el Servicio Técnico. Sólo se ha mantenido el Servicio de Asistencia Técnica para los netbooks de los alumnos de 5º y 6º (Programa Escuela 2.0).
Más datos específicos
Complementando los datos expuestos arriba, nuestros colegios afrontan de modo particular las consecuencias de los recortes para el próximo curso.
Así, el Colegio Virgen del Espino verá reducido su presupuesto en 3.185 € (aproximadamente un 34% menos respecto al ejercicio de 2011).
Este centro pierde en total tres profesores y entre ellos se encuentra la supresión de la plaza de la maestra de Música, que correspondía por la disminución de unidades en el centro pero que supone la despedida de Silvia por falta de vacantes en primaria. A esto se suma la plaza de orientadora que pasa a ser compartida con el otro colegio. La supresión de la maestra de Apoyo a Infantil tiene en su caso una gran repercusión ya que contarán con una elevada ratio en infantil para el próximo curso (25 + 1 ACNEE en tres años, 25 alumnos en la clase de 4 años y 23+1 ACNEE en el aula de 5 años).
En lo que respecta al Colegio San José de Calasanz, complementando también los datos ya expuestos, le reducción de matrícula en el centro para el próximo curso en 7 alumnos respecto al año pasado producirá una reducción drástica del profesorado, que perderá un maestro de primaria y un maestro de filología inglesa, además de la citada profesora de apoyo en infantil.
Respecto a sus programas de bilingüismo, debido a los recortes sufridos en los mismos, el colegio verá reducido a la mitad la jornada del profesor de inglés que corresponde por estos programas mientras que desaparece totalmente la figura del auxiliar de conversación nativo, figura fundamental en los programas de bilingüismo y que da a los pequeños la oportunidad de aprender y practicar la correcta pronunciación del idioma y su utilización diaria, quizá uno de los puntos flacos de nuestro acercamiento al inglés.
Por otro lado y debido a las razones de ratio y matrícula, tanto la orientadora del centro, Ana Belén, como la profesora de música, Inés, deberán dejar la dedicación exclusiva en el San José de Calasanz, debiendo compartir sus labores con el Virgen del Espino. La reducción de jornada de la profesora de música en cada uno de los centros implica una consecuencia muy lamentable: el próximo curso los alumnos de Educación Infantil no recibirán clases de Música. Esta materia, pese a no ser obligatoria como área específica, se venía beneficiando de la presencia de una profesora especializada y suponía un importante complemento en los conocimientos adquiridos por el alumnado más pequeño y receptivo. Suponemos que ahora los contenidos relacionados con esta área, cuando se den, los tienen que impartir las maestras de Infantil.
A todo esto, se suman algunos temas paralelos, como la falta de presupuesto para ejecutar la segunda fase del comedor escolar una vez que la primera fase (la adquisición de menaje) está completada. O los recortes en la educación secundaria.
NOTA: Da igual el color de la camiseta con la que se lea este texto. Las conclusiones finales no dependen de ello: Son igual de tristes. La educación no debería tener colores. Ni necesitarlos.