El sector agrario sigue, en 2011, soportando un incremento desmesurado en el precio de la mayor parte de los insumos que necesita para producir, situación ésta que hace peligrar la viabilidad económica de muchas explotaciones, tanto agrícolas como ganaderas. A la escalada de precios de los piensos, los abonos y los fertilizantes se suman ahora los últimos datos referidos al gasóleo agrícola que arrojan una subida de precio de un 30% respecto a enero de 2010.
En el caso del gasóleo B, en este primer mes del año, el precio se sitúa en una media de 0,80 euros/litro frente a los 0,60 del año pasado. Es decir, repostar gasóleo agrícola es hoy un 30% más caro que el año pasado, con un incremento de 20 céntimos (32 pesetas) por litro. Sin embargo, en algunos puntos de España ya se han registrado precios que ascienden hasta los 0.90 euros/litro, cotización a la que se llegó en verano de 2008, cuando se alcanzó el precio máximo histórico para este carburante.
No menos escandalosa resulta la evolución experimentada en la última década por el precio del gasoil. En 1999, la cotización se situó en 0.30 euros/litro; en 2000 en 0,45 y en 2005 en 0,60 euros, con lo que en los últimos años el incremento total se cifra en el 63%. Algo inasumible para el sector agrario que lleva años perdiendo rentabilidad debido, por una parte, a este incremento desmedido en los precios de los combustibles, y por otra, a las bajadas reiteradas de los precios en origen de las principales producciones agrícolas y ganaderas.
A modo de ejemplo, mientras el consumo medio de gasoil por hectárea en un cultivo como el olivar se sitúa en 95 litros por hectárea de media, el coste total para el bolsillo del agricultor ha subido espectacularmente como evidencia que el precio final en 2011 para esa misma superficie se sitúe hoy a 75 euros/ hectárea, mientras que en 2005 fue de 57 euros.
Por todo ello, desde Asaja se pide una vez más el establecimiento por parte del Gobierno de un gasóleo profesional para el sector agrario, ya que actualmente la única medida para abaratar este coste productivo es la devolución del Impuesto Especial de Hidrocarburos, puesto que ya no se aplica la deducción fiscal de la factura del gasóleo del 35 % en los módulos del IRPF, ni el incremento del 5 al 10% en los gastos de difícil justificación en la Estimación Directa.
Hay que recordar que en 2005 el gobierno de Rodríguez Zapatero se comprometió, por medio de la entonces ministra Elena Espinosa, a instaurar un gasóleo profesional para el sector agrario y fijó la fecha del 1 de enero de 2009 para su puesta en marcha. Desde entonces, el sector soporta un reiterado encarecimiento de los precios de los combustibles, con varias situaciones de máximos históricos incluidas, sin que por el momento se haya vuelto a hablar del compromiso incumplido.