Isabel Villalta presenta la nueva edición de Raíz y Rama con escritores, músicos e invitados valedores de la cultura

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Bajo la luz de la luna llena, con las estrellas del firmamento, una brisa suave, en presencia de la vegetación y cultivos de la finca ecológica “El Tomillar”; una ardilla dormida en el interior del tronco donde tiene su vivienda y, en fin, toda la fauna y la flora, acompañan en silencio a los numerosos asistentes a una Velada Poético-Musical.

Isabel Villalta Villalta, junto a su marido Antonio Morales Menchén, recibieron a los escritores que, con sus poemas y relatos, han hecho posible la séptima edición de la revista Raíz y Rama, en su modalidad “Noches Estivales”, donde la literatura es la protagonista. A ellos se unieron un grupo de músicos y todos los invitados que pudieron estar presentes.

POETAS, CREADORES Y CRÍTICOS

Han escrito los poemas: Alfredo Sánchez Rodríguez, Antonio Portillo Casado, Charo Bernal Celestino, Cristina Galán Rubio, Diana Rodríguez Ruiz, Federico Gallego Ripoll, Jorge de Arco, Julia Flores Arenas, Manuel Laespada Vizcaíno, María Antonia García de León, Miguel Galanes, Nieves Fernández Rodríguez, Sadis Beatriz Santos Carvajal, Tomás Megía Ruíz-Flores y Vicente Ballesteros Moraleda.

Las ilustraciones han sido realizadas por el cubano Fabián Sotolongo.

En prosa, los textos son de Juan José Guardia Polaino, con una oda a la música; de la propia directora, con un relato dedicado a los beneficios del campo; y de quien escribe este artículo, con una crónica de la última gira de la Revista, entrelazada con los encuentros literarios de la historia o de la actualidad mientras se realizaba.

En crítica literaria aparecen las realizadas por Pedro Sánchez-Prieto Borja acerca del Premio Cervantes 2020, Francisco Brines, la de Isabel Villalta sobre la última obra premiada del poeta Federico Gallego Ripoll, y un sencillo comentario de quien redacta en torno al relato de Isabel Villalta.

Todos los autores que participan tienen al final de la revista una breve reseña suya con referencias bio-bibliográficas.

En la presentación del acto, Isabel Villalta, quien conduce y tiene a su cuidado la Revista junto al editor Basilio Cañadas, dio prueba de tener claros los objetivos e ideales que presiden la elaboración de esta producción literaria. Para ella son muy importantes los escritores y, a su vez, para ellos es imprescindible la labor coordinadora y armonizadora de Isabel. La capacidad creadora y el espíritu de trabajo de esta mujer para sacar a la luz esta publicación colectiva, así como la organización de estas preciosas veladas donde reúne a gentes selectas, y que han cumplido ya nueve ediciones, van indisolublemente unidos a la sana amistad entre los creadores; del mismo modo, a sus libros y otras composiciones personales.

En el inicio de su intervención resaltó: “Noches Estivales”, convocada por Raíz y Rama, mi heterónimo y nombre de la revista que fundé (…), es una apuesta para expresar el conocimiento y sentir la vida en su resultado creativo, en su plena belleza. La presentamos reunidos escritores, músicos e invitados; todas, personas únicas, todas protagonistas y con un corazón cálido y noble, porque ya hay bastante frío o villanía por esos mundos del demonio.

Vuestra presencia -continuó- es una gran noche de luna llena colmada de estrellas fugaces, de perseidas que han recalado en este espacio en mitad de la Mancha, en este rectángulo empedrado frente a esta fachada vibrante. Desde aquí, maravilloso espectáculo.

En esta última edición de la revista, Raíz y Rama (o Isabel) hace un homenaje a la cultura, un reconocimiento por la influencia y la gran labor que han hecho sus diferentes gremios a través de las redes sociales durante el confinamiento en la pandemia. Música, danza, teatro, pintura, canto, poesía, humor…; bandas municipales (…) a solidarizarse con las víctimas y los sanitarios en pasacalles y frente a hospitales, como la Banda de Música “Julián Sánchez-Maroto” de Manzanares, otros músicos en las calles, las bandas de música de Membrilla o la de Carrión de Calatrava, por ejemplo.

Es cierto -termina el homenaje- que la cultura siempre estará en nuestras vidas porque viaja por nuestras venas, aportando su rico manantial de superación en los hombres y las mujeres, su importancia para su desenvolvimiento en la vida. La cultura, además, puesta en armonía paralela, seguro que sin percatarse ambas de ello, con la ciencia, trabajando cada una por su lado durante el duro periodo para sacar a la luz, en tiempo récord, los mejores resultados de sus ensayos o sus investigaciones…

Esas son aseveraciones que pueden leerse en la revista, y que se manifestaron en la Velada del 21 de agosto a cuatro voces.

Continuando en esta línea, como portal de presentación de los músicos participantes en la velada, Isabel Villalta expresó: Durante esta noche de manifestación cultural, de expresión de sentimientos (…), sin contaminación de intereses, son protagonistas claras las palabras de los poetas y las armonías de los intérpretes de música, así como la atención de los invitados…

LA MÚSICA

Inicio este tema con un texto que aparece en la Oda de Juan José Guardia Polaino: Las estancias de la música son innúmeras: escuchar su alma es proyectarse sobre el corazón en alegres luminosos o en melancólicos sombríos; es obedecer los labios de la tierra, imitar el silbo de los bosques y sus seres, ser zahorí en los hilos sonoros del agua o en la tormenta asumir el estruendo de su tragedia… Todo es música. El mundo es un arcón de música. ¡Ah!, si alguna vez nos viniera el olvido, al silencio le surgiría el luto…

La música esta noche también fue un homenaje a tantos músicos que nos acompañan desde el cielo. Andrés Crespo, Rafael Cano… El Maestro Emilio Cano, de Membrilla, haciendo sonar como en un sueño lo mejor de su repertorio al pasar por la calle Cervantes, en el Kiosco del Espino y en las calles de Tetuán con Emilio Cano, su nieto, Juan Carlos Sánchez Prieto y Gustavo Ramírez y Rafa Ramírez.

Para afrontar el presente, también estuvieron en el reconocimiento personal de quien escribe este texto mi profesor de Clarinete, Carlos Gigante, y mi sobrino Carmelo Donoso Contreras, director de la Banda de Música de Carrión de Calatrava.

En primer plano y por sus papeles protagonistas, conductor musical de estas veladas desde sus inicios, esta noche puso de nuevo sus bellos acordes Ambrosio Sánchez-Ballesteros.

Expresó Isabel: Estas veladas que propuse hace ocho años son ya de él y mías. Ambrosio es un hombre afable y cordial, honesto y respetuoso con la ciencia musical, modesto con las innumerables posibilidades de su arte, de su teclado y su voz que, sin embargo, domina; es un colaborador con todo lo que supone rodearse de la belleza de la música en conjunción con la poesía.

Al presentar a Agustín López Migallón, Isabel continuó: La música es su terapia contra lo adverso. Vital, transmisor vocacional de sus conocimientos como profesor de acordeón o de trompeta. Una hermosa y completa carrera de acordes en nuestra tierra. Trabajador infatigable.

Por su parte, de Salvador Chaparro Ibáñez, destacó: Maestro acordeonista de universal expresión, un decano joven entre los que enseñan y aprenden, un maestro sereno y gentil.

Si quien redacta se encontraba entre los intérpretes de música esta noche, la presentadora también tuvo su perfil para mí, que modestamente señalo: a Resti Contreras la música le corre por las venas desde que de niño acompañó a su abuelo cuando este tocaba la trompa en la Banda de Música de Membrilla, cuando de adolescente fue clarinetista en la misma agrupación o cuando ahora la ha hecho compañera de la felicidad.

EL CAMPO

Isabel Villalta, en su Relato “Regreso al Campo”, manifiesta el beneficio de la vida saludable en la anchura de los espacios rurales, en el trabajo en el campo y el desarrollo de la agricultura, así como el mantenimiento de la demografía en los pueblos, cuando la epidemia por el coronavirus estuvo siendo tan perjudicial, al menos durante el tiempo de confinamiento en la prevención de los contagios, para la vida en libertad de las personas residentes en las grandes ciudades: Nos llamaba la voz del campo que habíamos dejado atrás, donde de niños fuimos felices mientras nuestros padres labraban la tierra…, y continúa con vivencias personales que emergen junto a la tierra, el campo, lo rural, la lluvia, sonidos, olores… El texto fue leído por la autora alternándose con música de clarinete que interpretaba, también en fragmentos alternos, Las hojas verdes del verano, tema compuesto por Dimitri Tiomkin para la banda sonora de la película El Álamo en 1960.

Esta noche, entre tantos actores culturales, poetas, músicos y formidables invitados que saben apreciar lo grande y bueno de la vida y de las personas, en este entorno agrícola con una hermosa casa, cuyo soportal se brinda excelentemente como escenario, y una explanada enfrente vibrante de latidos (perseidas, decía Isabel), también fue un homenaje a aquellos agricultores que permanecían en las quinterías en las largas noches, con la resistencia serena y callada de los labradores manchegos, con un corazón tan grande como el horizonte, en el que había un espacio necesario para la familia, el sol, la luna y las estrellas.

CONCLUSIÓN

El mérito de la noche del sábado 21 de agosto de este 2021 está en las escritoras y escritores, en el acompañamiento de los músicos, en los espectadores y en el trabajo infatigable del marido de Isabel, que no deja de estar siempre colaborando con su mujer y recibiendo a los invitados con el mismo gusto.

Isabel Villalta sabe organizar como pocas personas unas veladas maravillosas en torno a la creación de su magnífica revista Raíz y Rama.

Las solapas de la edición nº 7 son un homenaje a Emilia Pardo Bazán, fantásticas citas, seleccionadas por la autora de nuestra revista, de esta gran escritora gallega y mujer liberal de la que se conmemora este año el centenario de su fallecimiento.

En el epílogo, finalmente, de la publicación de este número, teniendo su directora presente a todos sus colaboradores, nos encontramos con estas palabras:

Hay una cicatriz, seguro, al llegar a esta página que cierra mil destellos.

Escuece, todavía, al menos en mi mano la búsqueda de miel en los panales de la infancia, aunque la abeja. Proclama la extensión sin fin del alimento, del mordisco con sabor a heredad del primer paraíso.

Y untamos entre todos, entre los mil destellos, de un ungüento de sueño, de ética y de amparo ese surco en el alma y en las calles del mundo.

La contraportada de la revista presenta, aún, este imperativo: Enrédate, poesía, en la brisa de la noche/ Canta entre los acordes de la música/ Lleva tu batir adentro de las respiraciones y los labios/ Y trenza una danza de luz y de verdad en nuestros pasos.

Son palabras de Raíz y Rama, de Isabel Villalta.

 

Resti Contreras Jiménez

 

 

 

 

 

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