Cervantes, una obra, Don Quijote de la Mancha, que podríamos entender como soberana burla de la región y de los manchegos, pero en la que sus magistrales sentencias, la grandeza de los diálogos le dan, vulgarmente expresado, la vuelta al esportillo y, ya lo sabemos, convierten esta tierra en gloriosa plataforma escénica del prodigio literario universal de la realidad del mundo, de su representatividad de las letras hispanas.
Cervantes sabía del efecto del contraste, era barroco; el claroscuro de lo deprimido y la brillantez de pensamiento, de la inoperancia y la inquietud y la acción a extremos, de la ingenuidad en los personajes protagonistas y la astucia en los secundarios, de la dilatación desolada y cegadora de sol del mundo, creadora de alucinaciones, y el concentrado jugo expresivo, sustentado en todas las sabidurías de la historia, del triste desamparo real y la ridícula o jocosa efervescencia del sueño o la locura alumbraría, en el estilo artístico de comienzos del siglo XVII, que se prolongaría hasta su final con Calderón, ya, para abrir boca, la novela más rica, además inaugural de la moderna que, tanto en su personaje idealista como en el pragmático, haría o reconocería la Mancha como tierra de conocimiento y de nobleza, sin duda no solo literaria:
El búcaro de Cervantes, añadido a su genio natural y sus heroicas experiencias en el hervor del Imperio, contenía al regreso muy sabrosos ingredientes para irrigar y hacer que floreciera y fructificase tal obra maestra, encuadrada como sublime y principal en la tendencia de los contraluces y joya de las letras españolas y universales.
Aunque la Mancha pueda sentir la mosca tras la oreja, que también es dada a recelar y en muchos casos con razón, que no sufra, que además de genial, Cervantes era buen cristiano, de los que a mí personalmente me gustan, los que creen primeramente en los hombres y los ensalzan y misericordiosamente retratan sus aventuras y desventuras.
Feliz Día del Libro.
Isabel Villalta Villalta
Referencias:
Raíz y Rama, Día del Libro, En torno a don Quijote (Diputación de Ciudad Real 2006), Isabel Villalta Villalta.