En 2015 favorecieron a Manos Unidas, en 2016 a la Asociación de Discapacitados Santiago el Mayor, en el 2017 beneficiaron a Caritas y en este 2018 nuestros paisanos vuelven a mostrarnos su faceta solidaria, además de la artística, otorgando la recaudación de la taquilla de su cuarta obra de teatro a la Asociación Española Contra el Cáncer.
La obra en cuestión fue La Sopera del francés Robert Lamoureux. En su estrenó en Francia, en 1971, la comedia estuvo protagonizada por el propio autor y superó las 2000 representaciones. En nuestro pueblo fueron tres las representaciones, cifra nada desdeñable por otro lado, concretamente los días 18, 19 y 20 de mayo en los que nuestra Casa de Cultura se llenó de risas y de admiración por el buen hacer de nuestros paisanos.
Sandra Fernández, representante de la AECC, subió al escenario momentos antes de que se abriera el telón para agradecer el gesto de estos Amigos del Teatro que conjugan su afición a la farándula con la generosidad.
Terminados los agradecimientos por parte de los beneficiados se abría el telón y aparecía una escena que mostraba una clásica sala de estar muy bien conseguida, por la que empezaron a desfilar una serie de personajes que fueron creando malentendidos, situaciones absurdas y enredos varios que provocaron en numerosas ocasiones la carcajada del público asistente.
En este momento hacemos un inciso para recordar que esta obra fue representada el 29 de agosto de 1975 como parte de la programación de los Desposorios de aquel año. Así se decía en la crónica publicada en el periódico Lanza el 4 de septiembre de 1975: «La Caseta Municipal volvía a abrir sus puertas para ofrecernos la primera de las representaciones teatrales programadas. LA SOPERA de Lamoureux. Casi un millar de personas aplaudieron a los componentes del grupo de teatro de cámara y ensayo El Candil por su exquisita interpretación. Encarnaron los personajes de esta comedia: Manuel Villalta, Felicidad Contreras, Francisco y Joaqui Chacón, Trinidad Villalta, Alfonso Muñoz de Luna, Mariana Bellón y Francisco Elipe. La dirección, luminotecnia y sonidos estuvieron a cargo de Pedro de Gracia.» Que buenos recuerdos de aquellas noches de verano disfrutando del teatro bajo las estrellas…
Pero volvamos al presente, y retomando el hilo de la crónica iniciada damos cuenta del elenco, que en esta ocasión estuvo compuesto por Ana Isabel Jiménez que se ponía en la piel de Nanette la avispada criada, José Jiménez encarnaba al enamoradizo policía, Pilar Ramos en el papel de la anciana implacable Catherine, Ángel Villalta en el papel de Jean Pierre Louy, Blas Cano como Luis, amigo con poco fuste de Nanette, Ascensión Núñez en el papel de severa inspectora, Ascensión Cano como Nicole, esposa del manipulador Paul a quien le puso voz José Muñoz, y Manuel Márquez se metió en la piel de Brigitte, hija de los anteriores, que aparecía con un estupendo trabajo de caracterización que arrancó en numerosas ocasiones las risas del público. Todos ellos, en una excelente dicción y expresión del personaje asignado, se movieron con soltura por el escenario atendiendo a la dirección de Teresa Serna. Los audiovisuales corrieron a cargo de Teresa Sevilla, Lola Jiménez ejerció de regidora, Antonio Villalta estuvo a cargo de las luces y el sonido y Manuel García fue el encargado de la pintura del decorado.
Un estupendo equipo que consiguió que dentro de una «sopera» se mezclaran comicidad y solidaridad, ricos ingredientes que pudimos degustar los que siempre tenemos buen apetito para el teatro.
Con esta obra concluye, por esta temporada, el ciclo de representaciones teatrales llevadas a cabo por grupos locales que iniciaba en diciembre el grupo El Atardecer, le seguía en febrero Los Faranduleros, en marzo el grupo de teatro de la Asociación de Amas de Casa, en abril el Grupo Cultural el Galán de la Membrilla, en abril también el grupo de teatro Las Andanzas de don Félix, para llegar a este mes de mayo y como estupendo colofón Los Amigos del Teatro.
Seis grupos dedicados a la farándula que albergan a un gran número de personas, paisanos y amigos, encima de las tablas o entre bambalinas, que han dado lo mejor de sí para poner la cultura de nuestro pueblo a un buen nivel, y lo que es mejor, para poner valores humanos como son el altruismo, la solidaridad y el amor al arte en primerísimo nivel.
Amantes o no de la farándula, díganme si no es para sentirse orgullosos de nuestro pueblo y de nuestra gente, yo así me siento, y es un placer compartirlo.
Alicia Jiménez Muñoz
