Y por eso, un año más, les aplaudiremos

Pocas imágenes de carácter cultural han calado tanto en la retina de los vecinos de Membrilla en los últimos años como la del desfile conjunto que protagonizaron las tres bandas de nuestras hermandades de Semana Santa en la Navidad de hace dos años, repetida también en el 2016.

Si de manera independiente cada agrupación ya cuenta con el reconocimiento y el cariño de un público apasionado por la música cofrade y, en suma, no hay quién no reconozca y valore el estado actual de esta disciplina en Membrilla, el hecho novedoso de verles desfilar juntos dejó sobre la Plaza del Azafranal una retahíla de sentimientos especiales, quizá amplificados por el ambiente navideño.

Primero, lo más físico: el vello de punta ante la consciencia de la verdadera grandeza de la imagen de los tres banderines bajando juntos por la avenida de la Constitución hasta la plaza. La cantidad de niños, jóvenes y adultos que, independientemente de a qué banda pertenezcan, pertenecen a la gran familia musical de nuestra Semana Santa, que es de todos.

Segundo, lo más evidente: aunque el repertorio de la fecha fuese de carácter ordinario y navideño, en la memoria de todos está la increíble evolución que la música cofrade de Membrilla ha experimentado en los últimos veinte años, con tres formaciones en permanente estado de crecimiento, que han perfilado sus propios estilos dentro de las agrupaciones musicales y bandas de cornetas y tambores, y que ponen a la Semana Santa de Membrilla una banda sonora de niveles extraordinarios.

Por último, lo más olvidado: el frío invierno, que no se limita a la evidente constatación meteorológica de una estación, sino al trabajo puertas adentro, a las horas y horas de ensayos de los músicos, al esfuerzo de los jefes de cuerdas y directores por elaborar repertorios, coordinar agendas y luchar por la asistencia a los ensayos, muchas veces en época de exámenes para los músicos estudiantes. Y todo ello no por vanagloria propia, sino para acompañar con humildad a unos pasos de Semana Santa que, repetimos, son de todos.

Con la Cuaresma llega el momento de dejar cazadoras, deportivas, vaqueros y sudaderas. Hay que lustrar zapatos y preparar casacas y chaquetas, de afinar trompetas y sacar galas, corbatas, cordones y gorras, de izar banderines…

No se puede aplaudir este esfuerzo de nuestras agrupaciones mientras desfilan por las calles de Membrilla como bandas de cabecera de sus respectivas hermandades. No están ahí para ello.

Pero hay un momento en el que nos permiten hacerlo: el encuentro de música cofrade del Pabellón del Espino, donde nos otorgan el regalo de poder escuchar la belleza de las marchas de modo íntegro y, de nuevo, nos ofrecen el regalo de verlos tocar juntos, como una sola banda, sobre el escenario. Es la grandeza de nuestra Semana Santa. Y por eso, un año más, les aplaudiremos.

Fdez. Megías

VII Certamen Agrupaciones Musicales y Banda de Cornetas y Tambores Membrilla Cofrade