Puede parecer sencillo congregar en un mismo escenario a artistas de distintos gremios, pero la cosa se complica un poco si estos artistas no son profesionales y por lo tanto cada cual tiene sus quehaceres cotidianos que, en ocasiones, son difíciles de conciliar con ensayos conjuntos después de sus respectivas jornadas laborales. Pero si a esto le añadimos que además han de ser solidarios y comprometidos por una buena causa, la dificultad se agranda.
Con estas características solo se me ocurre una manera de sacar un acto artístico y solidario adelante: poniendo mucha ilusión y mucho empeño, y talento, claro, mucho talento.
Y esto es justamente lo que vimos los pasados días 21 y 22 de mayo en el escenario de la Casa de Cultura de Membrilla. Ilusión, empeño y talento por sacar un proyecto adelante.
Pero todo empezó meses atrás cuando los miembros de la junta de la Asociación Española Contra el Cáncer, en una de sus reuniones tuvieron la idea de hacer algo que naciera propiamente de la asociación. Algún festival de tipo flamenco o tal vez teatro. Al final pensaron que lo mejor sería unir las dos opciones y así contentarían a un mayor número de público, además de hacer el acto más ameno.
Y así, con esta intención, comunicaron la idea al escritor local Manuel García que compuso un sainete musical adaptado para la ocasión a los componentes de la junta de esta asociación y a algunas personas más que tuvieron a bien colaborar en esta empresa.
BODA EN LA PLAZA fue el título que Manuel García eligió para este sainete en el que introdujo los ingredientes adecuados para una pieza cómica: el gracejo característico de una gitanilla cantante, un patriarca borrachín, una madre disponedora, una tía soltera, dos señoronas, un boticario y un banquero, amigos estos últimos de empinar el codo de vez en cuando; también un sargento de la Guardia Civil “chuleta” acompañado de un guardia sumiso y enamoradizo. Personajes que fueron representados por: José Crespo, Jose Sánchez, Ascensión Bellón, Sandra Fernández, Encarna Alarcón, Teresa Ballesteros, Joaquín Jiménez, Ángel Villalta, Pedro J. Ramírez, Francisco Núñez, Agustín Jiménez y la colaboración especial del guitarrista Juan Pavón (profesor de guitarra española en la Escuela Municipal de Música de Membrilla). Germán Muñoz les ayudó con el sonido y la iluminación, y Antonia Fernández fue la apuntadora.
Contaron también con la colaboración especial de Antonio Márquez ya que Manuel García confía plenamente en él como director por el tratamiento que sabe darle a sus obras.
Algunos de estos artistas ya se habían subido a los escenarios en numerosas ocasiones. Para otros era su primera vez, pero todos ellos interpretaron con soltura esta sencilla trama en el marco cotidiano de una plaza de pueblo, con su fuente, con su farola y con sus bancos. Decorado de buen gusto que estuvo a cargo del mismo autor del sainete, Manuel García.
El acto estuvo dividido en dos partes: la primera con el sainete que acabamos de describir en el que se intercalaron algunas canciones, y una segunda parte musical en la que intervinieron Francisco Núñez que, entre otras piezas, nos sedujo con una colombiana dedicada a Membrilla.
Sandra Fernández hizo una preciosa versión del “Romance de la reina Mercedes”, además de una maravillosa y sentida interpretación de esas que ponen la piel de gallina de “Tan poquita cosa” (Pasión Vega) que dedicó a su hija. Y para finalizar fue Agustín Jiménez quién al cante por malagueñas y por peteneras terminó de conquistar al público asistente. Los tres estuvieron acompañados a la guitarra por Juan Pavón que dio muestras de su maestría.
Pero eso no fue todo, Joaquín Jiménez que momentos antes se había encarnado con mucho acierto en el papel de un sargento de la Guardia Civil “chuleta”, ahora nos anunciaba un fin de fiesta especial, con todos los participantes de la noche reivindicando desde su corazón que todos estamos UNIDOS CONTRA EL CANCER: los que lamentablemente se quedaron en el camino, los que lo han padecido y han podido superarlo, los que lo están padeciendo o los que alguna vez lo podamos padecer. Agradecía también a todas las asociaciones de Membrilla que en alguna ocasión han colaborado con la AECC con sus diferentes actos, ahora eran ellos los que en primera persona querían hacerlo y terminó su intervención reiterando: “gracias, gracias y mil veces gracias”.
Después todos los participantes de la noche, haciendo una media luna en torno al guitarrista Juan pavón, respaldaron un duelo de titanes: Francisco Núñez y Agustín Jiménez, cantaores que con su arte pusieron el punto final a una noche entrañable, donde el arte y la solidaridad desfilaron con soltura por el escenario de nuestra Casa de Cultura.
Los asistentes, además de la buena velada que pasamos, salimos con la satisfacción de haber aportado un pequeño grano de arena en esta lucha ardua contra el cáncer. Solo desearle a la AECC ánimo, mucho ánimo para seguir con esta tarea altruista porque como alguien dijo una vez: “Son las actitudes y no los discursos las que cambian el mundo”.
Alicia Jiménez Muñoz