Con un lenguaje cercano, un argumento reconocible y una puesta en escena sencilla y honesta, el grupo de teatro de las Amas de Casa volvió a subirse a los escenarios para plantearnos un trozo de nosotros mismos enmascarado en una divertida comedia que, no obstante, consiguió pellizcar las tripas, o las conciencias, del espectador.
Sobre el guión original de Amalia Aparicio, Entre la realidad y el sueño llevó al público a la carcajada limpia, las más de las veces reconociéndose en situaciones y expresiones comunes en nuestras propias vidas y en nuestro rico lenguaje popular y local; situaciones acentuadas por la bis cómica de los actores del grupo, que supieron sacarle partido a cada intención y a cada mirada, retratando el complicado mundo de los intereses ocultos, de los cotilleos familiares e incluso de la vejez bien o mal entendida, según el caso.
Pero Entre la realidad y el sueño también tuvo la capacidad de hacer callar al público, llevándole al silencio más profundo, en unos impresionantes instantes de emoción contenida en los que cada espectador sintió el pellizco de la razón, reconociendo la verdad absoluta que la autora retrató en boca de la protagonista: el terrible dolor ante la pérdida, más dura si es forzada, de toda una vida de recuerdos acumulados entre las cuatro paredes de tu casa. Y, sobre todo, el terrible dolor ante el abandono en la vejez. Porque, recordaban, en casa, como en ningún sitio.
Por suerte, la obra nos permite al final un respiro, un instante de redención… Aún estamos a tiempo para enmendar las cosas y la vida.
Una grata velada, en fin, para reír y para pensar y para compartir estas sensaciones con amigos, familiares y vecinos que una vez más tuvieron el valor de subirse a las tablas, tras muchos meses de ensayos. Ahí estaban los actores de siempre, la base del grupo de las Amas de Casa, con una hilarante Basi Fernández reencarnada en Rafaela Aparicio por obra y arte del maquillaje de Juani Nuñez, que también realizó un gran trabajo de caracterización con el personaje de Ángela o Casimira. Y junto a Basi, Julia Magdaleno, Pilar Fernández, Antonia Quiñones, Fica Gutierrez y María Fuentes. Quisieron sumarse por primera vez al elenco de las Amas de Casa Ascensión Moreno, Gregorio González, Pepe Atochero y Yolanda Moraleda. Y el grupo y el público dieron también la bienvenida a tres actores ya conocidos de la escena de Membrilla: Ascensión Núñez y Pepe Jiménez. Y, sobre todo, a Manoli Jiménez, la protagonista Ángela, que resurgió como el ave fénix bordando un papel de gran calado humano y hondo sentimiento.
Todos ellos bajo la dirección de José Sánchez Prieto Elipe y Ana María Fernández Almarcha, con atrezzo de la Asociación de Amas de Casa de Membrilla y vestuario de Ana Mª Fernández.
Y todos ellos recordando desde el primer momento las palabras de la autora, Amalia Aparicio: La obra está escrita con el respeto que merecen las familias que por difíciles circunstancias tuvieron que tomar tal decisión…