Medio centenar de hermanos y amigos de la Hermandad de la Verónica y Cristo Crucificado hemos recorrido este fin de semana Extremadura en un viaje de hermandad, de marcado carácter cultural y religioso, que nos ha acercado a ciudades tan impresionantes como Mérida, Guadalupe, Cáceres y Trujillo. El viaje ha sido organizado por la Asociación Cultural de esta Hermandad.
Nuestra primera parada por tierras extremeñas fue en Mérida. Allí pudimos recorrer el Teatro y Anfiteatro romanos, desde donde fuimos transportados a épocas pasadas. Allí nos imaginábamos todos sentados en aquellas gradas disfrutando de luchas de gladiadores y actuaciones del circo y del teatro. Allí, entre columnas, esculturas de Plutón, Ceres... y restos arqueológicos, verdaderamente creías hallarte en plenas "ruinas de Pompeya". Incluso quienes han tenido la ocasión de verlas comentaban que éstas estaban mejor conservadas.
Al salir de este recinto cogimos un tren turístico que nos enseñó la ciudad y así vimos el monumento de Roma a Mérida, antes llamada Augusta Emérita, en el que están Rómulo y Remo amamantados por la loba, el acueducto, puentes, etc.
Después nos fuimos para Cáceres, Monumento Nacional (1946) y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO (1986). Una ciudad donde lo que más nos llamó la atención fue que por sus calles, plazas, ventanas y balcones de torres y edificios significativos habían hecho fotografías a tamaño real de 2016 cacereños de todas la edades, tan reales que parecían de carne y hueso sobre todo por la noche y todo para presentar su candidatura para ser Ciudad Europea de la Cultura en el año 2016.
Al día siguiente nuestra parada fue en la Plaza Mayor de Trujillo donde se encuentra el monumento a Francisco Pizarro. Visitamos la casa natal del conquistador y a la patrona de la ciudad, la Virgen de la Victoria; curiosa imagen que se gira para verle la cara al echarle unas monedas.
Después partimos hacia Guadalupe. Visitamos el monasterio y a su patrona. Regresamos para Membrilla felices pero muy cansados, sobre todos los niños que nos acompañaban.